jueves, 24 de noviembre de 2011

Codesign crea una escuela social en Suecia donde los espacios desaprovechados son los primeros de la clase.

El estudio sueco Codesign se ha enfrentado a un gran reto: transformar una nave industrial de mil metros cuadrados, donde antes había una tienda de ropa y muebles, en una escuela para la Stockholms Stadsmission. La Misión de la Ciudad de Estocolmo, como se traduciría el nombre de esta ONG, realiza actividades para niños, adolescentes, tercera edad y personas sin hogar o víctimas de abusos.



De modo que el estudio de diseño y arquitectura tuvo que trabajar con un presupuesto ajustado y un calendario apretado para conseguir un espacio de aprendizaje funcional y un entorno atractivo y dinámico para ser disfrutado en cualquier momento y esquina.

Fiel al espíritu del estudio (innovación, diseño y eficiencia para cada cliente) el proyecto destaca por tres detalles:

Los espacios secundarios también cuentan: espacios infravalorados como la entrada, las escaleras o los pasillos, cobran la misma importancia que las aulas, y ahora son espacios funcionales para una multitud de propósitos. Por ejemplo, una cafetería, áreas de estudio informales o zonas de lectura y conversación.

Adiós a la vieja escuela: se elimina el tradicional pasillo central en el que convergen todas las aulas, las cuales suelen dar a la fachada delantera y/o trasera del edificio. Aquí, en cambio, el pasillo da a la fachada, ganando la luz natural y ventilación que le proporcionan las ventanas de la misma. El pasillo, por supuesto, es la mejor zona para tomar un café o celebrar una reunión informal.

No es que los materiales sean reciclados, sino que deben reciclarse en el futuro: La nave donde ahora está la escuela será demolida a medio plazo, de modo que los elementos deben ser reciclables para otros usos y el mobiliario será trasladado a las futuras instalaciones donde reubiquen la escuela.

Así, por ejemplo, las paredes de cristal de las aulas están hechas de un sistema de acristalamiento que utiliza vidrio fundido, el cual puede ser reciclado una y otra vez. Los suelos de vinilo también son reciclables y los revestimientos de las aulas, de fibra de madera de densidad media, pueden desmontarse y ser reutilizados.

Por otra parte, se ha intentado mantener el carácter industrial de la nave, lo cual contrasta con las coloridas aulas, en forma de cajas.

El color está presente en todos los rincones del edificio y el mobiliario juega también con la combinación de texturas de las alfombras, las cortinas y las sillas de plástico, entre otros.

Codesign se encarga de todo el proceso de sus proyectos: desde el boceto inicial de los planos hasta la selección del mobiliario. En este caso, sorprende ver piezas reconocidas de diseño contemporáneo en el mobliario de una escuela social: destacan las banquetas y los bancos Offcut de Tom Dixon, hechos de “retales” de madera; el archiconocido Stool One de Konstantin Grcic para Magis; o las lámparas Unfold fabricadas de goma por Muuto.

Aunque al ser éste un proyecto tan especial, la colaboración con la Stockholms Stadsmission ha sido muy estrecha en todo momento. Desde la primera reunión hasta el seguimiento y evaluación de proyecto una vez terminado.

Para más información visiten: Codesign
Vía: diario DESIGN















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