

De modo que el estudio de diseño y arquitectura tuvo que trabajar con un presupuesto ajustado y un calendario apretado para conseguir un espacio de aprendizaje funcional y un entorno atractivo y dinámico para ser disfrutado en cualquier momento y esquina.
Fiel al espíritu del estudio (innovación, diseño y eficiencia para cada cliente) el proyecto destaca por tres detalles:
Los espacios secundarios también cuentan: espacios infravalorados como la entrada, las escaleras o los pasillos, cobran la misma importancia que las aulas, y ahora son espacios funcionales para una multitud de propósitos. Por ejemplo, una cafetería, áreas de estudio informales o zonas de lectura y conversación.

No es que los materiales sean reciclados, sino que deben reciclarse en el futuro: La nave donde ahora está la escuela será demolida a medio plazo, de modo que los elementos deben ser reciclables para otros usos y el mobiliario será trasladado a las futuras instalaciones donde reubiquen la escuela.

Por otra parte, se ha intentado mantener el carácter industrial de la nave, lo cual contrasta con las coloridas aulas, en forma de cajas.

Codesign se encarga de todo el proceso de sus proyectos: desde el boceto inicial de los planos hasta la selección del mobiliario. En este caso, sorprende ver piezas reconocidas de diseño contemporáneo en el mobliario de una escuela social: destacan las banquetas y los bancos Offcut de Tom Dixon, hechos de “retales” de madera; el archiconocido Stool One de Konstantin Grcic para Magis; o las lámparas Unfold fabricadas de goma por Muuto.

Aunque al ser éste un proyecto tan especial, la colaboración con la Stockholms Stadsmission ha sido muy estrecha en todo momento. Desde la primera reunión hasta el seguimiento y evaluación de proyecto una vez terminado.
Para más información visiten: Codesign
Vía: diario DESIGN
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