Las tuberías multicapa se denominan así porque están compuestas por un tubo interior de polietileno, aluminio y polietileno reticulado o resistente a altas temperaturas. Esta composición permite utilizarlas en sistemas de agua caliente sin necesidad de recurrir a la protección con coquilla, un cilindro hueco o macarrón que cubre el tubo para limitar la pérdida de calor.
Debido a su resistencia a las altas temperaturas, las tuberías multicapa se emplean cada vez más en sistemas de calefacción convencional y suelo radiante, aunque también dan buen resultado en conducciones de agua fría. Entre sus principales ventajas, destaca la facilidad para doblarse, una gran durabilidad, resistencia a las altas presiones y dilatación mínima, similar a la de las tuberías de cobre, aunque son más ligeras que éstas.
El secreto de la resistencia de las tuberías multicapa está en el proceso de fabricación: un sistema de soldadura de capas que se completa con dos capas intermedias adhesivas. De este modo, se garantiza la estanqueidad del tubo y se reduce el tiempo de instalación, ya que una única tubería puede unir la caldera con el punto de salida de agua.
Por otro lado, la ausencia de uniones en los circuitos reduce el riesgo de fugas y sus consecuencias, por lo que las tuberías multicapa se pueden emplear tanto en instalaciones ocultas como a la vista. En este último caso, la capa de aluminio ayuda a mantener la forma que se da al tubo, disponible en varios diámetros y resistente a la corrosión.
Sólo la capa interior está en contacto directo con el fluido (aguanta temperaturas de hasta 95ºC), por lo que la lámina de aluminio y la capa exterior se encargan de que el tubo no pierda su aspecto original. Estas características contribuyen también a que el producto sea impermeable al oxígeno y al vapor de agua.
Debido a su resistencia a las altas temperaturas, las tuberías multicapa se emplean cada vez más en sistemas de calefacción convencional y suelo radiante, aunque también dan buen resultado en conducciones de agua fría. Entre sus principales ventajas, destaca la facilidad para doblarse, una gran durabilidad, resistencia a las altas presiones y dilatación mínima, similar a la de las tuberías de cobre, aunque son más ligeras que éstas.
El secreto de la resistencia de las tuberías multicapa está en el proceso de fabricación: un sistema de soldadura de capas que se completa con dos capas intermedias adhesivas. De este modo, se garantiza la estanqueidad del tubo y se reduce el tiempo de instalación, ya que una única tubería puede unir la caldera con el punto de salida de agua.
Por otro lado, la ausencia de uniones en los circuitos reduce el riesgo de fugas y sus consecuencias, por lo que las tuberías multicapa se pueden emplear tanto en instalaciones ocultas como a la vista. En este último caso, la capa de aluminio ayuda a mantener la forma que se da al tubo, disponible en varios diámetros y resistente a la corrosión.
Sólo la capa interior está en contacto directo con el fluido (aguanta temperaturas de hasta 95ºC), por lo que la lámina de aluminio y la capa exterior se encargan de que el tubo no pierda su aspecto original. Estas características contribuyen también a que el producto sea impermeable al oxígeno y al vapor de agua.
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