El estudio tailandés Department of Architecture, con sede en Bangkok, es el creador del diseño interior de varias áreas comunes del Hotel Hilton Pattaya. Un trabajo de interiorismo y arquitectura interior más que sugerente, poblado de formas orgánicas y elementos oníricos que hacen sumergirse a sus huéspedes en un mar de sensaciones. Un juego de espejos y brisas que tiene por objetivo trasladarle al exterior.
Este espectacular hotel forma del Central Festival Pattaya Beach Complex, un enorme complejo dedicado al ocio y a las compras, el más grande de esta región asiática, ubicado en el centro de la ciudad de Pattaya, justo frente a la playa.
El edificio que acoge el Hotel Hilton, de cinco estrellas, combina el gusto oriental con las líneas contemporáneas de vanguardia en su diseño interior, una seña de identidad que Department of Architecture imprime a sus proyectos. Ellos son los artífices de varias zonas comunes de este lujoso hotel, incluidos el vestíbulo de la primera planta, otro gran hall y un lujoso bar situados en la planta 17, así como varios pasillos, zonas de servicios y de tránsito.
En los dos vestíbulos principales predominan las líneas curvas utilizadas en los techos, que toman casi carácter arquitectónico y encuentran su continuidad en elementos como muebles, alfombras y demás ornamentos. En realidad, las referencias al mar y a las formas marinas son una constante en toda la intervención.
En el vestíbulo situado en la planta 17, el protagonismo es para el material textil del techo, con marcadas formas a base de líneas dinámicas y ondulantes que guían al visitante desde los ascensores hacia los ventanales que miran directamente al océano. Esta intervención toma como inspiración la reflexión de la luz solar en las olas, tal y como esta se aprecia bajo el agua. Combinadas con las salidas del aire acondicionado, algunas piezas se mueven y generan una ilusión de brisa marina que remite a la sensación real que se vive en el exterior.
Esta instalación se combina con elementos más discretos, casi minimalistas, en el mobiliario que, en conjunto, generan una atmósfera de máxima tranquilidad y relax. Por la noche, la luz cenital acentúa la fuerza de estas superficies onduladas y la propia luminosidad del blanco de la tela, creando un efecto sutilmente elegante.
Al final de este vestíbulo destaca la zona de bar, con la barra dispuesta en paralelo a la pared del fondo. De esta manera, las vistas al océano se convierten en protagonistas indiscutibles. En este espacio conviven amplios muebles en tonos neutros de gris y marrón con sofás y divanes cómodos, suaves al tacto y relajantes. Alguno de ellos se introducen en los huecos abiertos en la pared de madera de roble.
Asimismo, un espejo acorrido que ocupa toda la pared duplica visualmente la longitud de esta zona. En el exterior, unos asientos en forma de gotas gigantes crean una sugerente zona de relax. Un gran estanque refleja, al mismo tiempo, el cielo y el entorno. Aquí el huésped puede disfrutar plenamente de la experiencia de la brisa marina y de una impresionante panorámica.
En el resto de espacios de conexión o tránsito dentro del hotel, como ascensores, halls, pasillos de acceso a los restaurantes o a la zona de compras dentro del mismo edificio incluso las conexiones desde el parking hasta el hotel, el proyecto incluye el desarrollo de sorprendentes diseños con un doble objetivo: facilitar la circulación y hacer los recorridos lo más placenteros posible.
Las formas, siempre inspiradas en el fondo del mar, en las algas, las conchas, la sal, los animales de las profundidades... hacen de estos puntos de conexión atmósferas muy especiales en las que dejar volar la fantasía y, efectivamente, sumergirse.
Vía: diarioDESIGN
Este espectacular hotel forma del Central Festival Pattaya Beach Complex, un enorme complejo dedicado al ocio y a las compras, el más grande de esta región asiática, ubicado en el centro de la ciudad de Pattaya, justo frente a la playa.
El edificio que acoge el Hotel Hilton, de cinco estrellas, combina el gusto oriental con las líneas contemporáneas de vanguardia en su diseño interior, una seña de identidad que Department of Architecture imprime a sus proyectos. Ellos son los artífices de varias zonas comunes de este lujoso hotel, incluidos el vestíbulo de la primera planta, otro gran hall y un lujoso bar situados en la planta 17, así como varios pasillos, zonas de servicios y de tránsito.
En los dos vestíbulos principales predominan las líneas curvas utilizadas en los techos, que toman casi carácter arquitectónico y encuentran su continuidad en elementos como muebles, alfombras y demás ornamentos. En realidad, las referencias al mar y a las formas marinas son una constante en toda la intervención.
En el vestíbulo situado en la planta 17, el protagonismo es para el material textil del techo, con marcadas formas a base de líneas dinámicas y ondulantes que guían al visitante desde los ascensores hacia los ventanales que miran directamente al océano. Esta intervención toma como inspiración la reflexión de la luz solar en las olas, tal y como esta se aprecia bajo el agua. Combinadas con las salidas del aire acondicionado, algunas piezas se mueven y generan una ilusión de brisa marina que remite a la sensación real que se vive en el exterior.
Esta instalación se combina con elementos más discretos, casi minimalistas, en el mobiliario que, en conjunto, generan una atmósfera de máxima tranquilidad y relax. Por la noche, la luz cenital acentúa la fuerza de estas superficies onduladas y la propia luminosidad del blanco de la tela, creando un efecto sutilmente elegante.
Al final de este vestíbulo destaca la zona de bar, con la barra dispuesta en paralelo a la pared del fondo. De esta manera, las vistas al océano se convierten en protagonistas indiscutibles. En este espacio conviven amplios muebles en tonos neutros de gris y marrón con sofás y divanes cómodos, suaves al tacto y relajantes. Alguno de ellos se introducen en los huecos abiertos en la pared de madera de roble.
Asimismo, un espejo acorrido que ocupa toda la pared duplica visualmente la longitud de esta zona. En el exterior, unos asientos en forma de gotas gigantes crean una sugerente zona de relax. Un gran estanque refleja, al mismo tiempo, el cielo y el entorno. Aquí el huésped puede disfrutar plenamente de la experiencia de la brisa marina y de una impresionante panorámica.
En el resto de espacios de conexión o tránsito dentro del hotel, como ascensores, halls, pasillos de acceso a los restaurantes o a la zona de compras dentro del mismo edificio incluso las conexiones desde el parking hasta el hotel, el proyecto incluye el desarrollo de sorprendentes diseños con un doble objetivo: facilitar la circulación y hacer los recorridos lo más placenteros posible.
Las formas, siempre inspiradas en el fondo del mar, en las algas, las conchas, la sal, los animales de las profundidades... hacen de estos puntos de conexión atmósferas muy especiales en las que dejar volar la fantasía y, efectivamente, sumergirse.
Vía: diarioDESIGN
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