Cuantas veces se ha encontrado en la situación de querer cambiar el alicatado del baño o la cocina, pero le da pereza hacer reformas o la economía en ese momento no está como para meterse en obras. Tiene la opción de pintar los azulejos de su casa de una manera sencilla y con un cambio espectacular. Solamente hay que seguir una serie de sencillos pasos:
1. Hay que limpiar a fondo la superficie a pintar eliminando grasa y suciedad. Para ello utilizaremos disolvente universal que aplicaremos con un paño, ya que los jabones que utilizamos de limpieza no eliminan del todo la suciedad.
2. Secar con un trapo. Antes de empezar a limpiar la superficie ha de estar totalmente seca para que la pintura se adhiera bien.
3. Con cinta de carrocero y plásticos o periódicos taparemos todo lo que se puede manchar: interruptores y enchufes, grifería, mobiliario, encimera...
4. Después de remover muy bien la pintura, con una brocha plana empezaremos a pintar esquinas y huecos difíciles de llegar con el rodillo.
5. Después pintaremos el resto de las paredes, poniendo la pintura en una cubeta y utilizando un pequeño rodillo de esmaltar. Dejar secar durante 6 h. y aplicar una segunda capa.
6. Finalmente, y si pintamos en color (ya que en blanco no será necesario) utilizaremos un rotulador especial, que tienen muchas marcas de pintura, para marcar las juntas y que no parezcan pintadas.
Deberemos esperar hasta 5 días para poder utilizar el baño o la cocina, ya que es lo que se tarda en que la pintura quede totalmente seca y no pueda estropearse.
Para saber cuánta pintura debemos comprar, primero hay que medir la superficie que vamos a pintar y después dividirla entre 8 ¿Por qué 8? Porque un bote de 750 ml. cubre unos 8 m2, por lo que si dividimos la superficie entre 8 nos dará el número de botes que necesitamos comprar.
Esta alternativa tiene muchas ventajas, ya que es mucho más económica que hacer obras, no genera escombros y por tanto ni polvo ni suciedad, y es mucho más rápido. Además conseguirá un espacio de aparencia totalmente renovada.
1. Hay que limpiar a fondo la superficie a pintar eliminando grasa y suciedad. Para ello utilizaremos disolvente universal que aplicaremos con un paño, ya que los jabones que utilizamos de limpieza no eliminan del todo la suciedad.
2. Secar con un trapo. Antes de empezar a limpiar la superficie ha de estar totalmente seca para que la pintura se adhiera bien.
3. Con cinta de carrocero y plásticos o periódicos taparemos todo lo que se puede manchar: interruptores y enchufes, grifería, mobiliario, encimera...
4. Después de remover muy bien la pintura, con una brocha plana empezaremos a pintar esquinas y huecos difíciles de llegar con el rodillo.
5. Después pintaremos el resto de las paredes, poniendo la pintura en una cubeta y utilizando un pequeño rodillo de esmaltar. Dejar secar durante 6 h. y aplicar una segunda capa.
6. Finalmente, y si pintamos en color (ya que en blanco no será necesario) utilizaremos un rotulador especial, que tienen muchas marcas de pintura, para marcar las juntas y que no parezcan pintadas.
Deberemos esperar hasta 5 días para poder utilizar el baño o la cocina, ya que es lo que se tarda en que la pintura quede totalmente seca y no pueda estropearse.
Para saber cuánta pintura debemos comprar, primero hay que medir la superficie que vamos a pintar y después dividirla entre 8 ¿Por qué 8? Porque un bote de 750 ml. cubre unos 8 m2, por lo que si dividimos la superficie entre 8 nos dará el número de botes que necesitamos comprar.
Esta alternativa tiene muchas ventajas, ya que es mucho más económica que hacer obras, no genera escombros y por tanto ni polvo ni suciedad, y es mucho más rápido. Además conseguirá un espacio de aparencia totalmente renovada.
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