El edificio de oficinas Bacardi, construido entre 1957 y 1961 ubicado en Tultitlán de Mariano Escobedo, en el área metropolitana de ciudad de México es una obra de Mies van der Rohe luego de realizar el mismo encargo para la representación de la empresa en Cuba.
En esta obra se presentan claramente los postulados del arquitecto y su manera de proyectar utilizando su concepto "menos es más".
La obra fue propuesta por la UNESCO en la categoría Cultural como Patrimonio Mundial el 20 de Noviembre de 2001.
Tratándose de una estructura de planta libre, se utiliza un módulo cuadrado como principal ordenador y el principio de centralidad con el interior del volumen vacío para formar una doble altura.
El edificio es de planta rectangular de 52 metros de largo y 27 metros de ancho, con 8 metros de altura distribuidos en dos plantas, la planta baja y la alta.
La planta baja es un gran despacho abierto con dos escaleras simétricas que conducen a la planta alta, las cuales bordean el espacio de este hall central de doble altura.
Una galería perimetral semicubierta organiza en totalidad la planta baja en torno a un núcleo central vidriado envolviendo el gran vestíbulo de doble altura. En la planta alta se ubican las oficinas administrativas y salas de reuniones, separados por paneles móviles.
Esto se permite gracias a que la estructura en este caso se encuentra por fuera del cerramiento.
En todas las decisiones tomadas durante el proyecto y ejecución del edificio responden a una cuestión estética de proporción y una clara solución estructural, propia de Mies van der Rohe.
En el proyecto se encuentran dos estructuras, siendo una la principal, la cual responde a la transmisión de todas las cargas. En esta se utilizó una trama con módulo cuadrado con columnas de acero con perfiles de doble T cada 9 metros, sin embargo para mantener el ritmo en las fachadas y que la estructura no se interpusiese, se ensanchó esta medida ligeramente.
Para las fachadas Mies recurrió a una subestructura de perfiles también de doble T, dividiendo así, cada módulo en 5 paneles menores verticales. Finalemente los pilares interiores son tangentes a los bordes del espacio de doble altura, repitiendo la misma solución de la fachada.
Los perfiles metálicos se pintaron de negro y se utilizaron grandes frentes vidriados sobre soportes de acero. Y, al ser una estructura más bien perimetral, se liberó el área de la planta, compuesta por espacios sin divisiones; con suelo de mármol travertino, el cual se diseñó con una gran precisión matemática para evitar cualquier desajuste en el ensamble. Los espacios interiores están divididos por paneles de madera. Los muros del núcleo central consisten en cristales que ocupan toda su altura.
Las oficinas de Bacardi de México, es una obra de Mies van der Rohe que se destaca por la composición rígidamente geométrica y la ausencia total de elementos ornamentales.
En esta obra se presentan claramente los postulados del arquitecto y su manera de proyectar utilizando su concepto "menos es más".
Las oficinas forman parte de un conjunto arquitectónico que se completa con el área de embotellado y envejecimiento, diseñado anteriormente por el arquitecto Félix Candela.
La obra fue propuesta por la UNESCO en la categoría Cultural como Patrimonio Mundial el 20 de Noviembre de 2001.
Tratándose de una estructura de planta libre, se utiliza un módulo cuadrado como principal ordenador y el principio de centralidad con el interior del volumen vacío para formar una doble altura.
El edificio es de planta rectangular de 52 metros de largo y 27 metros de ancho, con 8 metros de altura distribuidos en dos plantas, la planta baja y la alta.
La planta baja es un gran despacho abierto con dos escaleras simétricas que conducen a la planta alta, las cuales bordean el espacio de este hall central de doble altura.
Una galería perimetral semicubierta organiza en totalidad la planta baja en torno a un núcleo central vidriado envolviendo el gran vestíbulo de doble altura. En la planta alta se ubican las oficinas administrativas y salas de reuniones, separados por paneles móviles.
Esto se permite gracias a que la estructura en este caso se encuentra por fuera del cerramiento.
En todas las decisiones tomadas durante el proyecto y ejecución del edificio responden a una cuestión estética de proporción y una clara solución estructural, propia de Mies van der Rohe.
En el proyecto se encuentran dos estructuras, siendo una la principal, la cual responde a la transmisión de todas las cargas. En esta se utilizó una trama con módulo cuadrado con columnas de acero con perfiles de doble T cada 9 metros, sin embargo para mantener el ritmo en las fachadas y que la estructura no se interpusiese, se ensanchó esta medida ligeramente.
Para las fachadas Mies recurrió a una subestructura de perfiles también de doble T, dividiendo así, cada módulo en 5 paneles menores verticales. Finalemente los pilares interiores son tangentes a los bordes del espacio de doble altura, repitiendo la misma solución de la fachada.
Los perfiles metálicos se pintaron de negro y se utilizaron grandes frentes vidriados sobre soportes de acero. Y, al ser una estructura más bien perimetral, se liberó el área de la planta, compuesta por espacios sin divisiones; con suelo de mármol travertino, el cual se diseñó con una gran precisión matemática para evitar cualquier desajuste en el ensamble. Los espacios interiores están divididos por paneles de madera. Los muros del núcleo central consisten en cristales que ocupan toda su altura.
Las oficinas de Bacardi de México, es una obra de Mies van der Rohe que se destaca por la composición rígidamente geométrica y la ausencia total de elementos ornamentales.
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