
Hay varias formas de iluminar los espacios, cada una de ellas, con sus caracterísiticas y funcionalidad propias. Al distribuir las luminarias, hay que tener en cuenta el tipo de estancia y la actividad que se llevará a cabo en ella.
-Iluminación general o de ambiente. La habitación está iluminada en todo su volumen, con la luz necesaria para desplazarse y realizar tareas. Puede conseguirse con apliques, luces del techo o halógenos, pero ha de ser uniforme y sin sombras.
-Iluminación puntual. Se limita a un lugar específico donde se realizan tareas que requieren mejores condiciones de visibilidad, como la mesa del comedor o el despacho.
-Iluminación funcional. Se adapta a las diferentes actividades y estancias de la casa, ya sea la cocina, el baño u otra. También se usa en pasillos y escaleras. Es un tipo de luz con un papel funcional de comodidad y seguridad.
-Iluminación decorativa o de destaque. Permite poner de relieve un cuadro o destacar cualquier otro objeto dentro de una habitación.
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