
El problema está en encontrar el pincel perfecto para esos pequeños retoques. Normalmente los pinceles de dimensiones reducidas cargan muy poca pintura, insuficiente para tapar las manchas y los arañazos y no permiten hacer el retoque de una sola vez, pero creo que esta vez hemos dado con la solución.
El pincel que podemos ver en las fotos de este artículo es perfecto para retoques, porque aún siendo pequeño puede cargar pintura suficiente para una buena pasada. El pincel se carga con pintura como si de una jeringuilla se tratase, y por eso admite más pintura que un pequeño pincel convencional.
Eso nos permite pasar por todo el arañazo o la mancha que queremos disimular con una sola pasada. De ese modo se minimizan las marcas para que el retoque casi no se note y la pared queda, entonces, lisa y como nueva sin necesidad de que la volvamos a pintar completa.
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Vía: Decoesfera
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