martes, 13 de diciembre de 2011

La Cromoterapia

La cromoterapia forma parte de lo que se conoce como terapias alternativas. Sus seguidores afirman que es posible utilizar la energía de los colores para mantener el equilibrio y la armonía dentro de un hogar, ya que las diferentes frecuencias de la luz que suponen los distintos colores pueden actuar positivamente sobre las personas.


La idea de la cromoterapia, por lo tanto, es apelar a la capacidad de colores para relajar o impulsar las percepciones del ser humano. Es posible combinar los colores de acuerdo a sus vibraciones para generar efectos diferentes.

El azul, el violeta, el rojo, el amarillo, el verde, el naranja, el turquesa y el magenta son los colores básicos para la cromoterapia. Una buena idea para la decoración es pintar una habitación de blanco y jugar con adornos de algunos de estos colores: el blanco ayudará a reflejar la luz del color elegido en todo el ambiente.

El rojo, el amarillo y el naranja son considerados como colores estimulantes. Para un cuarto de estudio o la oficina hogareña, lo mejor es optar por estas tonalidades. El azul, en cambio, es tranquilizante, por lo que es una buena elección para un dormitorio.

El verde, por su parte, ayuda al equilibrio y la armonía. En el living, donde se realizan actividades variadas, puede ser una alternativa interesante.
Recuerde que lo importante de la cromoterapia son las vibraciones que emiten los colores. Si quiere que el color rojo, por ejemplo, aporte energía a un cuarto de estudio, tendrá que asegurarse que su luz se refleje en toda la habitación, y no limitarse a incluir un elemento (como un adorno o una silla) de este tono.

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