

Dos universos: el doméstico y el profesional

Para delimitar estos dos mundos, Made Studio usa el recorrido como herramienta de distribución, delimitando lo público, de lo privado. Lo hacen con una estrategia casi urbanística.

Como estar en casa
La zona de recepción y espera, en contacto directo con la calle, despliega todos los encantos del proyecto. El gran hall de acceso se resuelve con un lenguaje de maderas de roble doradas y cálidas, colores claros y desaturados. Hay un gran trabajo de artesanía plasmado en las delicadas celosías y el mobiliario de obra.
El pavimento se resuelve con resina continua, que se deforma generando asientos y maceteros de obra. Esta técnica nos traslada a la arquitectura popular mediterránea, dejando lugar a pequeñas islas de vegetación que nos ayudan a completar los matices del proyecto.
Las piezas de mobiliario de Ondarreta se han seleccionado con especial atención a su vertiente artesana y acogedora.
Esta buscada domesticidad del ambiente se potencia con una sección de techo que se va adaptando a la escala del paciente, acompañándole como lo hacen las cubiertas a dos aguas y dando distintas escalas a cada estancia.

Acero para la zona de trabajo
El área profesional no tiene nada que ver con la zona pública. Aquí predomina el acero. Limpio, afilado, cortante y preciso, forra las zonas de la clínica dental que responden a un carácter técnico. La blancura y el acero resuelven la asepsia y la calma de la mirada también.

La iluminación
Por último, la iluminación, un material más en este proyecto que incide sobre la idea de ambos universos. Vemos como se integra en la obra cuando quiere desaparecer y se acentúa cuando busca dotar de identidad al espacio que cualifica.
Para más información visiten: Made Studio
Vía: Diariodesign
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