lunes, 9 de marzo de 2020

Tejados

No sólo de interiores vive la arquitectura, de hecho, los elementos estructurales componen un importante capítulo dentro del universo constructivo. Tejados y cubiertas son, sin ningún género de dudas, uno de los pilares de cualquier construcción que se precie. No en sentido literal (esa parte corresponde más bien a los cimientos) sino más bien, por su aplicación práctica. La estética ocupa un lugar destacado a la hora de optar por una u otra propuesta pero, lo cierto es que, a la hora de elegir, no hay que perder de vista el cometido principal de estos elementos que no es otra que la de proteger tanto el espacio interior como a quienes habitan en él.
La superficie a ocupar, la climatología, el estilo de la construcción o el presupuesto particular de cada uno son algunas de las cuestiones que hay que tener presentes a la hora de dar con el tejado ideal. Su diseño ofrece multitud de posibilidades adaptadas a todo tipo de requerimientos y es que, no es lo mismo instalar una cubierta en el garaje, que techar el porche o transformar la zona superior de la vivienda en una coqueta azotea.

¿Cuál es la mejor solución para mi vivienda?

Hablar de tejados es hablar de protección. Este tipo de elementos constructivos tienen una finalidad eminentemente práctica y, en consecuencia, su diseño ha de servir a esa naturaleza funcional. Conseguir combinar atractivo estético y efectividad será clave para alcanzar el diseño perfecto.

Aunque la historia ha dejado tras de sí multitud de ejemplos adaptados a los diferentes estilos arquitectónicos, los tejados más habituales que puede encontrar, principalmente, en casas unifamiliares de todo el mundo son:

Tejados a dos aguas: Como no podía ser de otra manera, este tipo de tejados están formados por dos planos inclinados o faldones unidos en el punto medio más elevado. Son ideales en lugares en los que las inclemencias meteorológicas en forma de nieve o lluvia no dan tregua, de hecho, su frecuencia es un buen criterio para elegir el grado de inclinación. Aunque es un tejado con larga tradición, su aspecto no deja de encajar en construcciones modernas y, en líneas generales, resulta económico y fácil de construir.

Tejados a cuatro aguas: En este caso no son dos, sino cuatro, los faldones que componen este tipo de tejados que, al igual que los anteriores. Son ideales para zonas de climatología adversa. No obstante, resisten mejor en zonas de fuertes vientos y, aunque la inversión a realizar para su construcción es mayor, ofrecen la ventaja de liberar espacios en el interior que puede emplear para multitud de fines.

Tejados planos: Entre las propuestas más contemporáneas encontramos los tejados planos, sinónimo de modernidad y cierto aire minimalista que podemos apreciar en multitud de proyectos de nuestros días. Pese a su aspecto uniforme tienen cierta inclinación que permite la evacuación de las aguas y, a su favor, destaca un fácil mantenimiento y su capacidad como aislante térmico.

Un material para cada tipo de tejado

En materia de revestimientos para cubiertas y tejados, las posibilidades son de lo más variopinto aunque, lo más habitual, es optar por las tradicionales tejas. Sin embargo, la evolución en los materiales ha permitido introducir en este capítulo ciertas matizaciones o variantes capaces de darle a tu tejado un aspecto totalmente adaptado a sus requerimientos estéticos. Algunos de los materiales que puede emplear son:

Tejas tradicionales: Estas piezas fabricadas en barro cocido han sido, durante años, las reinas indiscutibles de los revestimientos de tejados y cubiertas. Su forma acanalada o plana, según las necesidades o gustos, confieren a las cubiertas aspectos singulares que no merman en absoluto su poder como aislante.

Además de las tradicionales de cerámica, en la actualidad puede encontrar tejas fabricadas en metal, asfalto y hasta madera que ofrecen propiedades particulares en cuanto a acabados, resistencia y aislamiento.

Pizarra: Se presentan, generalmente, como piezas planas de forma rectangular o cuadrada y es un revestimiento de tejado que encaja igual de bien en lugares fríos como cálidos. Además, es altamente resistente y apenas requiere mantenimiento.

Asfalto: Este tipo de revestimiento, conocido también como cubiertas bituminosas se fabrica a partir de productos derivados del petróleo y su naturaleza aislante en su mayor aportación. Hay diferentes aplicaciones y formatos lo que convierte a este material en una de las opciones más versátiles y capaces de hacer de tejado a multitud de escenarios.

Más ideas para el tejado

Junto a las cubiertas de la casa propiamente dichas, podemos encontrar un amplio elenco de propuestas encaminadas a ejercer cierta protección en otros escenarios. Las pérgolas, por ejemplo, son una opción a tener en cuenta para optimizar espacios al aire libre tales como jardines o patios. Puede encontrarlas en una amplia variedad de materiales y su instalación puede proporcionarle la excusa perfecta para poner a prueba su talento DIY.

Si lo que busca es una solución original para su tejado siempre puede explorar propuestas algo más elaboradas como transformarlo en una coqueta azotea o convertirlo en un jardín urbano. 

La mejor solución, en mano de profesionales

Dice el saber popular que no hay que empezar la casa por el tejado y no le falta razón. Antes de lanzarse a la tarea de construir una cubierta es necesario contar con los conocimientos necesarios para convertir la elección en un éxito. No se trata únicamente de determinar su aspecto, inclinación o los materiales que darán vida a este elemento arquitectónico sino de saber cuál es la mejor combinación.

Vía: homify

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