Características
El origen de los contrafuertes se debe a la necesidad de soportar la componente horizontal de la carga que origina una bóveda o a veces una cubierta a dos aguas. Estas estructuras de cubierta, además de su carga vertical (su peso por gravedad), tienden a "abrirse", y empujar transversalmente al muro que la sustenta. El peso del propio pináculo ayuda al contrafuerte a aumentar la componente vertical de la carga, lo estabiliza. Se usó mucho en la Edad Media.
La aparición del acero como elemento constructivo ha ido eliminando la necesidad de los contrafuertes, ya que es más económico "coser" la cubierta con cables o barras de acero para evitar que se abra.
Uso en arquitectura
En la arquitectura románica, los contrafuertes adoptan la forma de pilastras, adosadas exteriormente al muro, con ancho decreciente en altura.
En la arquitectura gótica, los contrafuertes (llamados técnicamente botareles o estribos de forma única), se separan del muro y se conectan con él mediante arbotantes, con el fin de favorecer la visión vertical del edificio.
Existen diversas disposiciones de contrafuertes.
Vía: Wikipedia
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