Para la gente, las alfombras son uno de los recursos decorativos favoritos. Este complemento no solo nos ayuda a definir espacios específicos, sino que, además, aporta textura y color. Sin embargo, ahora que se acerca el verano, no es agradable tener exceso de calor bajo los pies. Para evitar este problema, su solución son las alfombras de tejido natural de origen vegetal.
En el fondo, son la última tendencia en el diseño de interiores. Cada vez es más común encontrarnos con este complemento en las casas de lo más prestigiosos interioristas; esto se debe a sus características: texturas rugosas y tonos terrosos.
Además, las alfombras de fibra natural son duraderas, elegantes y, dependiendo de la fibra que se elija, también pueden ser muy asequibles. Si está pensando en incorporar una alfombra natural a su casa, no se puede perder el contenido de este artículo.
¿De dónde se obtiene la alfombra de tejido natural?
Las alfombras de tejido natural son un recurso decorativo que ha ganado popularidad gracias a la tendencia de la búsqueda de lo natural. Como su nombre indica, estos tejidos se obtienen de productos orgánicos; dentro de estos, podemos distinguir dos tipos:
Tejidos naturales de origen animal: dentro de esta gama destacan tejidos clásicos, como la lana o el cuero.
Tejidos naturales de origen vegetal: obtenidos del tallo o de la hoja de la planta. Este material también se conoce como estera.
Los materiales que podemos encontrar para la realización de este tipo de alfombras son muy variados. Los más destacables son los siguientes:
El sisal es una planta tropical originaria de México, que proporciona una fibra resistente y duradera que se usa comúnmente para la fabricación de cuerdas, cordeles, papel, ropa y alfombras.
De manera similar, el yute es una fibra vegetal suave que generalmente se hila en hilos largos y fuertes.
Las alfombras de bambú son una de las tendencias que más éxito ha tenido gracias a su exótica apariencia. Este material resiste muy bien la humedad y no requiere demasiados cuidado; es perfecta tanto para interiores como para exteriores.
Aunque estos son los más frecuentes, también podemos encontrar otros materiales: esparto, junco trenzado, cáñamo o coco.
Ventajas de las alfombras de tejido natural de origen vegetal
La utilización de este tipo de alfombras tiene varias ventajas que las convierten en la opción más idónea para la decoración del hogar:
Este tipo de alfombras son mucho más asequibles que las tradicionales alfombras, como las persas o las turcas. Además, no requieren grandes cuidados y son muy resistentes, por lo que se rentabiliza muy bien la inversión que se haga.
Son uno de los complementos más versátiles que podemos incorporar en casa, puesto que encajan a la perfección en cualquier ambiente y, prácticamente, con todo tipo de mobiliario.
A diferencia de las fibras sintéticas, las alfombras naturales de origen vegetal aíslan muy bien la temperatura, sin transmitir sensación de calor. Esta característica las convierte en el recurso ideal tanto en invierno como en verano.
Muchos proveedores de este producto ofrecen la posibilidad de confeccionar la alfombra a medida e, incluso, personalizarla, ya que existen multitud de cenefas y remates.
Además, algunos de estos tejidos, como el sisal, son resistentes a la humedad. De esta manera, podemos usarlas tanto en espacios interiores como exteriores.
Cómo combinar nuestra alfombra
A la hora de elegir un tejido, además del estampado y el color, hemos de tener en cuenta su textura, la cual va a determinar si es apropiado para un ambiente u otro. En el caso de las alfombras de tejido natural de origen vegetal, podemos usar este recurso para cualquier tipo de estilismos gracias a su gran versatilidad.
Las alfombras naturales encajan muy bien con estilos apacibles, como el raw o el rústico. Este complemento potencia la importancia de la naturaleza y lo orgánico para conseguir el equilibrio decorativo.
Por otro lado, la sencillez de sus tejidos y sus tonalidades neutras lo convierten en un recurso adecuado para diseños más modernos y minimalistas.
Otra manera de incorporar nuestra alfombra natural es a modo de moqueta. De esta manera, actuará como suelo principal. Por tanto, nos permite combinarla con otro tipo de alfombras para crear un juego de texturas.
¿De dónde se obtiene la alfombra de tejido natural?
Las alfombras de tejido natural son un recurso decorativo que ha ganado popularidad gracias a la tendencia de la búsqueda de lo natural. Como su nombre indica, estos tejidos se obtienen de productos orgánicos; dentro de estos, podemos distinguir dos tipos:
Tejidos naturales de origen animal: dentro de esta gama destacan tejidos clásicos, como la lana o el cuero.
Tejidos naturales de origen vegetal: obtenidos del tallo o de la hoja de la planta. Este material también se conoce como estera.
Los materiales que podemos encontrar para la realización de este tipo de alfombras son muy variados. Los más destacables son los siguientes:
El sisal es una planta tropical originaria de México, que proporciona una fibra resistente y duradera que se usa comúnmente para la fabricación de cuerdas, cordeles, papel, ropa y alfombras.
De manera similar, el yute es una fibra vegetal suave que generalmente se hila en hilos largos y fuertes.
Las alfombras de bambú son una de las tendencias que más éxito ha tenido gracias a su exótica apariencia. Este material resiste muy bien la humedad y no requiere demasiados cuidado; es perfecta tanto para interiores como para exteriores.
Aunque estos son los más frecuentes, también podemos encontrar otros materiales: esparto, junco trenzado, cáñamo o coco.
Ventajas de las alfombras de tejido natural de origen vegetal
La utilización de este tipo de alfombras tiene varias ventajas que las convierten en la opción más idónea para la decoración del hogar:
Este tipo de alfombras son mucho más asequibles que las tradicionales alfombras, como las persas o las turcas. Además, no requieren grandes cuidados y son muy resistentes, por lo que se rentabiliza muy bien la inversión que se haga.
Son uno de los complementos más versátiles que podemos incorporar en casa, puesto que encajan a la perfección en cualquier ambiente y, prácticamente, con todo tipo de mobiliario.
A diferencia de las fibras sintéticas, las alfombras naturales de origen vegetal aíslan muy bien la temperatura, sin transmitir sensación de calor. Esta característica las convierte en el recurso ideal tanto en invierno como en verano.
Muchos proveedores de este producto ofrecen la posibilidad de confeccionar la alfombra a medida e, incluso, personalizarla, ya que existen multitud de cenefas y remates.
Además, algunos de estos tejidos, como el sisal, son resistentes a la humedad. De esta manera, podemos usarlas tanto en espacios interiores como exteriores.
Cómo combinar nuestra alfombra
A la hora de elegir un tejido, además del estampado y el color, hemos de tener en cuenta su textura, la cual va a determinar si es apropiado para un ambiente u otro. En el caso de las alfombras de tejido natural de origen vegetal, podemos usar este recurso para cualquier tipo de estilismos gracias a su gran versatilidad.
Las alfombras naturales encajan muy bien con estilos apacibles, como el raw o el rústico. Este complemento potencia la importancia de la naturaleza y lo orgánico para conseguir el equilibrio decorativo.
Por otro lado, la sencillez de sus tejidos y sus tonalidades neutras lo convierten en un recurso adecuado para diseños más modernos y minimalistas.
Otra manera de incorporar nuestra alfombra natural es a modo de moqueta. De esta manera, actuará como suelo principal. Por tanto, nos permite combinarla con otro tipo de alfombras para crear un juego de texturas.
Vía: midecoración
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