Hay una casa en Sabadell, escondida en una calle cualquiera, tras una fachada de aparente normalidad, que consigue (de verdad) localizar los elementos de valor de la tradición constructiva de la zona, limpiarlos, pulirlos, y así verlos con otra mirada, bajo otra luz. Se trata de una casa que juega entre dos tiempos, el pasado y el presente, y a base de esenciales, hace que todo adquiera el mismo ritmo y sentido. El estudio de arquitectura Sauquet Arquitectes encuentra el perfecto equilibrio entre piezas y estancias, con una arquitectura limpia y sencilla.
Aparente normalidad
Vista desde la calle, la vivienda no deja de ser una fachada tradicional, de huecos convencionales con rejería, canalón evidente e inevitable instalación eléctrica a la vista. La respuesta de la intervención hacia la trama urbana no hace más que abrir una incógnita hacia el interior. El color, aún siendo una elección discreta, señala claramente la intervención como un proyecto elegante, sensible, y atento a lo preexistente y necesario. Se trata de una parcela entre medianeras, estrecha y alargada, que cuenta con una generosa porción de patio interior en planta baja. En éste se adivina la mano del equipo de arquitectos, a pesar de su aspecto humilde y tradicional. La elección de la vegetación, tratamiento de parterres, muro de mortero y cal… una escena casi bucólica que recrea un pasado más auténtico.
Abierto, por defecto
El interior pretende disfrutar del jardín todo lo posible. Es por eso que se recurre a un set de amplios ventanales, de perfilería oscura en librillo, que permiten abrir por completo la fachada y ofrecer continuidad entre fuera y dentro. La cocina, estancia de generosas dimensiones, disfruta del privilegio de la primera fila ante el patio. La combinación entre pavimento de madera y baldosa hidráulica marca el límite de la zona húmeda, sin necesidad de tabiques u otro tipo de particiones. Nada como una buena campana extractora y ventilación cruzada para olvidar los humos. Se proyecta la cocina como un mueble a medida, envuelto en un canto de microcemento, que hace las veces de encimera y soporte. El resto del mobiliario, lacado en blanco, responde a la claridad de la estancia, y el zócalo de alicatado blancos refleja la luz al interior.
Interior continuo y luz indirecta
Las estancias se suceden en línea desde la fachada de la calle al patio interior, comunicadas por una banda lateral de circulación, que se convierte en nexo entre todas ellas y continuación de las mismas. El salón, de envolvente blanca y natural, apuesta por las líneas sencillas, y reducción del mobiliario al esencial. Gracias a los cortes en la franja superior de los muros, la continuidad entre estancias se hace también evidente a lo largo del techo. La estructura de forjado de viguetas de hormigón y bóveda catalana, así como el muro de ladrillo visto, recorren toda la planta baja, haciendo de hilo conductor y norte del proyecto. Una perpetua mirada atrás.
Espacio, material y luz
Conectar, comunicar
La escalera es la principal articulación de la intervención. Conserva su aspecto original, con robustos peldaños de piedra, barandilla de hierro y mucha luz. Siendo una pieza estructural para el programa, organiza las plantas en dos extremos, ayudando al reparto lógico del interior. La magnífica baldosa hidráulica viste el rellano de color. Este tratamiento del espacio en altura, tan intencionadamente delicado, nos hace comprender la importancia del detalle de cada rincón de la casa.
De vetas y nudos
Las estancias son lugares tranquilos y cálidos. De envolvente clara y baldosa hidráulica, juega con el mobiliario a medida para completar el interior con notas de madera y color. Las carpinterías de madera constituyen una solución eficaz y eficiente, siendo la madera un aislante natural, muy apropiado para zonas de descanso, sin ruidos ni brisas inoportunas. Los materiales naturales, como la baldosa de barro empleada en interiores, dotan a las estancia de humildad, sin comprometer la sofisticación y limpieza del detalle. La luz cenital confiere al interior una atmósfera serena y despejada.
Las estancias son lugares tranquilos y cálidos. De envolvente clara y baldosa hidráulica, juega con el mobiliario a medida para completar el interior con notas de madera y color. Las carpinterías de madera constituyen una solución eficaz y eficiente, siendo la madera un aislante natural, muy apropiado para zonas de descanso, sin ruidos ni brisas inoportunas. Los materiales naturales, como la baldosa de barro empleada en interiores, dotan a las estancia de humildad, sin comprometer la sofisticación y limpieza del detalle. La luz cenital confiere al interior una atmósfera serena y despejada.
Para más información visiten: Sauquet Arquitectes
Vía: habitissimo
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