El programa de los cuatro proyectos partió de la búsqueda por entender el paisaje que habitan: la diversidad de sus ecosistemas y sus interacciones. El Perú es un país mega diverso donde se encuentra más del 70% de la biodiversidad del planeta y que posee una gran herencia de trabajo artesanal con materiales naturales. Así, quien visite este local encontrará elementos hechos de tierras del desierto de la costa, piedras del Ande y maderas de la Amazonía, además de técnicas como los tejidos en telar, la quincha, el labrado en piedra y los trabajos artesanales en cobre y bronce.
El proyecto se encuentra ubicado en Barranco, un distrito cuyas capas históricas permanecen visibles. Barranco fue originalmente parte de un valle precolombino con canales de regadío, luego, durante La Colonia, se convirtió en un lugar de veraneo y haciendas. Con el proceso de modernización de la ciudad, muchas de las casas coloniales de este distrito fueron demolidas y reemplazadas por construcciones modernas de concreto, mientras otras fueron declaradas patrimonio cultural.
La remodelación de la casa muestra el proceso de transformación del edificio al diferenciar las distintas intervenciones que se le han realizado a lo largo del tiempo, contrastando los nuevos y ampliados volúmenes con elementos arquitectónicos reciclados o preservados. Se reforzaron las estructuras de concreto existentes con el fin de que puedan soportar las nuevas cargas y, así, darles un nuevo uso sin generar desechos. Bajo la misma premisa, se preservaron todas las especies vegetales y elementos materiales encontrados en el lugar para incluirlos en el nuevo proyecto como parte de la memoria del espacio.
Esto es complementario a los principios del estudio que busca generar el mínimo impacto en hábitats naturales. La construcción utilizó materiales y acabados cuya extracción, transformación y aplicación se realizan de manera sostenible, sin generar efectos negativos o sustancias tóxicas para el medio ambiente.
El concepto principal y general del proyecto se desprende de la unión entre el paisaje y la arquitectura para crear una continuidad entre materia orgánica y materialidad arquitectónica. El edificio entero busca reflejar esta continuidad: los jardines de la entrada; las rocas y tierras del desierto en las escaleras, pisos, lavatorios y revestimientos de los muros; los jardines interiores que articulan el espacio al proporcionar luz y ventilación natural a los espacios interiores; los árboles en el salón principal; el sistema de cerramiento de paneles pivotantes y corredizos de vidrio, madera y tierra, etc. Este concepto también se aplicó a las mesas, elemento principal del diseño mobiliario del restaurante, que fueron diseñadas por el estudio y hechas de diversas piedras del Ande.
Para más información visiten: Estudio Rafael Freyre
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