Puede que ya lo hayamos intentado en alguna ocasión, pero crear y mantener un huerto requiere invertir tiempo y ciertos cuidados imprescindibles de jardinería y horticultura. Además de un mínimo espacio donde montarlo en el exterior de nuestra vivienda. Nada de esto es necesario cuando decidimos tener un jardín inteligente de puertas adentro. Suficientes ventajas como para planteárselo seriamente.
Los beneficios de un jardín inteligente
Un jardín inteligente en casa es capaz de darnos muchas satisfacciones. Por ejemplo,
cumplir el sueño de cultivar de una manera sencillísima esas hierbas aromáticas que nos encanta emplear en los menús familiares. O en esas reuniones festivas en la que nos apetece lucirnos y sacar nuestro lado más chef. Sin pasar por alto la satisfacción añadida de poder decir que las hemos sembrado nosotros y no son compradas.
La realidad es que un jardín inteligente plantea bastantes ventajas. La primera de ellas es que podremos olvidarnos de posibles quebraderos de cabeza porque apenas requieren tareas de mantenimiento. Más allá de verificar que su sistema de funcionamiento va viento en popa una vez que los hemos configurado o conectado.
Con tierra o sin ella
Lo mejor de un jardín inteligente es que no existe una sola modalidad, sino distintas fórmulas gracias a una oferta en el mercado cada vez más variada. Una opción bastante demandada son los sistemas que plantean cultivos hidropónicos, es decir, donde no se emplea la tierra. Aunque suene increíble en ellos las variedades plantadas crecerán sanas y más rápidamente que en otros sustratos.
Microhuertos para la cocina
Cuando decidimos poner un jardín inteligente en casa también damos un paso al frente en materia de sostenibilidad y respeto al medio ambiente. Estos huertos tan particulares generan vida vegetal sin emplear productos químicos, fertilizantes ni pesticidas. Son cultivos domésticos ideales para cualquier interior de casa, y sin duda la cocina es uno de los territorios predilectos.
Hasta el gigante sueco de la decoración apuesta firmemente por ellos a través de cultivos hidropónicos que permiten elegir entre 18 variedades diferentes de semillas; desde lechuga a hojas de col asiática y aromáticas como la albahaca. A través de los nutrientes y la luz adecuados iremos viendo el crecimiento y desarrollo de nuestros cultivos, sin importar la época del año que sea, invierno incluido.
Desde los primeros brotes listos para replantar hasta la fase final cuando ya estén maduros para recoger, que variará en tiempo según el tipo de variedad. Hay muchos lugares de la cocina donde hacer un hueco a un jardín inteligente así. Y desde luego las ventanas con estores son un punto imprescindible: parecerán vistosas jardineras que darán un toque fresco y vivo al ambiente.
El placer de cultivar
El placer de haber participado de principio a fin en el cultivo de nuestras plantas y verduras preferidas. Es motivo más que suficiente para dar la bienvenida este invierno a cualquier jardín inteligente, como por ejemplo los Smart Gardens. Estos aparatos con aspecto de macetas y jardineras están concebidos para crear el ambiente propicio que necesitan nuestras plantas y crecer sanas. Hierbas aromáticas, flores y verduras. Todo tiene cabida en ellos y algunos modelos ofrecen la posibilidad de mezclarlos y cultivar un gran número de variedades a la vez. Atención a los diseños que admiten hasta 51 semillas distintas. Serán un éxito en cualquier rincón de casa, con luz natural o sin ella, y con un gasto de energía muy llevadero.
Los beneficios de un jardín inteligente
Un jardín inteligente en casa es capaz de darnos muchas satisfacciones. Por ejemplo,
cumplir el sueño de cultivar de una manera sencillísima esas hierbas aromáticas que nos encanta emplear en los menús familiares. O en esas reuniones festivas en la que nos apetece lucirnos y sacar nuestro lado más chef. Sin pasar por alto la satisfacción añadida de poder decir que las hemos sembrado nosotros y no son compradas.
La realidad es que un jardín inteligente plantea bastantes ventajas. La primera de ellas es que podremos olvidarnos de posibles quebraderos de cabeza porque apenas requieren tareas de mantenimiento. Más allá de verificar que su sistema de funcionamiento va viento en popa una vez que los hemos configurado o conectado.
Otra gran cualidad de un jardín inteligente es que se adapta sin problemas a interiores reducidos, incluso mini. Gran noticia para los habitantes de estudios y apartamentos, quizá una pareja de millennials recién independizada. La razón es que los modelos más básicos e individuales pueden ocupar lo mismo que una maceta de tamaño mediano. De manera que la encimera de un mueble o una repisa ancha puede ser todo lo que necesiten.
Para espacios domésticos amplios es posible optar a diseños en vertical, tipo columna. Sin ningún esfuerzo podremos disponer de rincones vegetales en una zona de estar, en el salón, en el comedor de la cocina… Su objetivo no es otro que facilitar el cultivo de un sinfín de plantas dentro de los hogares a cambio de un mantenimiento cero.
Con tierra o sin ella
Lo mejor de un jardín inteligente es que no existe una sola modalidad, sino distintas fórmulas gracias a una oferta en el mercado cada vez más variada. Una opción bastante demandada son los sistemas que plantean cultivos hidropónicos, es decir, donde no se emplea la tierra. Aunque suene increíble en ellos las variedades plantadas crecerán sanas y más rápidamente que en otros sustratos.
A su lado, otra alternativa son los cultivos aeropónicos, cada vez con más adeptos como una solución innovadora para disfrutar de un huerto interior doméstico. Sea cual sea la modalidad escogida, en cualquier jardín inteligente la tecnología es la clave de su éxito. Son equipos mini, provistos de luces para garantizar las necesidades lumínicas de las plantas y así no tener que preocuparnos del nivel de claridad de la habitación. Gracias a ellas nuestras especies vegetales realizarán la fotosíntesis necesaria.
A la hora de manejar un jardín inteligente, tranquilos, todo son facilidades. Sus diseños incorporan pantallas interactivas que hacen las funciones de una guía o manual muy prácticos. A través de sus indicaciones es sencillo saber todo lo necesario sobre el crecimiento de las semillas que hayamos plantado, su desarrollo y el momento óptico de su cosecha. El final feliz que estaremos esperando con emoción.
Microhuertos para la cocina
Cuando decidimos poner un jardín inteligente en casa también damos un paso al frente en materia de sostenibilidad y respeto al medio ambiente. Estos huertos tan particulares generan vida vegetal sin emplear productos químicos, fertilizantes ni pesticidas. Son cultivos domésticos ideales para cualquier interior de casa, y sin duda la cocina es uno de los territorios predilectos.
Hasta el gigante sueco de la decoración apuesta firmemente por ellos a través de cultivos hidropónicos que permiten elegir entre 18 variedades diferentes de semillas; desde lechuga a hojas de col asiática y aromáticas como la albahaca. A través de los nutrientes y la luz adecuados iremos viendo el crecimiento y desarrollo de nuestros cultivos, sin importar la época del año que sea, invierno incluido.
Desde los primeros brotes listos para replantar hasta la fase final cuando ya estén maduros para recoger, que variará en tiempo según el tipo de variedad. Hay muchos lugares de la cocina donde hacer un hueco a un jardín inteligente así. Y desde luego las ventanas con estores son un punto imprescindible: parecerán vistosas jardineras que darán un toque fresco y vivo al ambiente.
El placer de cultivar
El placer de haber participado de principio a fin en el cultivo de nuestras plantas y verduras preferidas. Es motivo más que suficiente para dar la bienvenida este invierno a cualquier jardín inteligente, como por ejemplo los Smart Gardens. Estos aparatos con aspecto de macetas y jardineras están concebidos para crear el ambiente propicio que necesitan nuestras plantas y crecer sanas. Hierbas aromáticas, flores y verduras. Todo tiene cabida en ellos y algunos modelos ofrecen la posibilidad de mezclarlos y cultivar un gran número de variedades a la vez. Atención a los diseños que admiten hasta 51 semillas distintas. Serán un éxito en cualquier rincón de casa, con luz natural o sin ella, y con un gasto de energía muy llevadero.
Vía: Decoración 2.0
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