El carácter minimalista y monacal que caracteriza a los trabajos del arquitecto Nicolas Schuybroek encuentra en este proyecto de reforma integral una nueva y bella expresión. La casa, que data de principios de 1800, se encuentra en el centro histórico de la ciudad belga de Amberes y una de sus principales señas de identidad es su fachada clásica, excepcionalmente grande, en blanco y negro. Aunque, originalmente la casa tenía un encanto y estaba bien proporcionada, existía el problema de la falta de luz y de coherencia en la distribución de las habitaciones.
El objetivo del proyecto consistió en crear una casa atemporal, cálida, minimalista y elegante en sintonía con su pasado y las necesidades del cliente. Para alcanzar todas estas metas, se dedicó una gran cantidad de tiempo a la parte arquitectónica: trazar las nuevas circulaciones, las conexiones entre los diferentes espacios y, lo más importante, conseguir la máxima entrada de luz natural.
La aparente sencillez, otro punto clave en los trabajos de Nicolas Schuybroek, viste y da forma a los interiores de la vivienda, con ambientes donde se utiliza una gama cromática clara y sólo las piezas de mobiliario necesarias. Explica el estudio que “se trataba de reinventar un cierto tipo de minimalismo y sofisticación donde la luz, los volúmenes y las proporciones fueran tan importantes como los detalles y los materiales refinados de los interiores”. De esta manera, el aspecto monástico del espacio se crea en base a las texturas naturales que proporcionan el techo de vigas de madera, los suelos de madera de roble, dispuestos en forma de espiga, el mármol pulido y una equilibrada colección de muebles Mid-Century.
Para más información visiten: Nicolas Schuybroek Architects
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