La vivienda, que tiene 100 m2, disfruta de unas magníficas vistas y da un nuevo giro a la idea del tradicional “apartamento de soltero” que todo el mundo tiene en mente. En sus interiores, el esquema cromático imprime una sensación de tranquilidad, sin que el mobiliario y los acabados apenas “pesen” en el espacio. Esta paleta neutra de superficies blancas, acentos grises y materiales naturales también tiene como fin facilitar los cambios y actualizaciones sin robar protagonismo a las vistas del exterior.
Los interiores del piso se distribuyen en una zona de día -concebida como una estancia diáfana- y una de noche -el dormitorio principal en forma de suite-. Un baño independiente y un vestidor, ubicados en la entrada de la casa, completan el programa funcional. La zona de día acoge la cocina, el comedor, la sala de estar y un espacio para la meditación. Para separar este espacio de la estancia principal se utilizan cortinas que se descuelgan desde el techo.
En la cocina, se utilizan los colores neutros del resto de la vivienda, con una isla central que se prolonga en forma de mesa, realizando la función de comedor. Las sillas tapizadas en tejido gris aportan textura al espacio, iluminadas por un composición de lámparas semejantes a un pequeño mar de nubes. Esta concepción continúa en la habitación y el baño principal donde el revestimiento de mármol crea interesantes efectos visuales con sus vetas.
En consonancia con el diseño minimalista del proyecto, los arquitectos han incorporado piezas de mobiliario, iluminación, sanitarios y griferías de primeras firmas como Poliform, Artemide, Deltalight, Zanotta, Duravit y Grohe.
Para más información visiten: M3 Architecture
No hay comentarios:
Publicar un comentario