Cuando surgió la oportunidad de comprar un apartamento en una antigua fábrica del centro de Praga, sus ahora propietarios no dudaron ni un minuto ya que llevaban largo tiempo buscando una vivienda que se saliera de lo habitual. La reforma se encargó al estudio de Klára Valová (SMLXL), que dispuso del tiempo suficiente para pensar el proyecto al detalle antes de que a sus clientes les fueran entregadas las llaves y empezar con los cambios desde ese mismo momento.
Tras una primera visita al apartamento, el equipo se enfrentó a una desagradable sorpresa: las ventanas originales habían sido sustituidas por otras de PVC y este cambio había alterado su carácter industrial a pesar del extraordinario tamaño. El objetivo que se propusieron fue restaurar el ambiente industrial del espacio y eliminar el impacto de las ventanas.
El espacio principal se abrió tanto como fue posible en la zona de entrada, dejando la columna central vista así como el resto de la estructura, creando un interesante juego arquitectónico en el techo que incide en la planta no simétrica del loft. Esta irregularidad se traslada al pavimento en el que se han utilizado dos materiales en función del uso: pavimento continuo en el vestíbulo de entrada, la cocina y los baños, y madera en el pasillo, las habitaciones y la sala de estar. Las juntas de unión entre ambos siguen la dirección de las vigas.
Como el apartamento tenía que verse limpio y liviano, se optó por el blanco como color principal. El hormigón solamente se utilizó en la sala de estar, en la pared de detrás del mueble de la televisión y en la isla de la cocina, que se convierte en el elemento más atrayente. Una plancha de madera y Corian pasa a través de ella dando forma a la mesa del comedor. La madera teñida de gris, el Corian y el hormigón se repiten también en otras piezas de mobiliario en la zona principal de la vivienda. Elementos destacados de la cocina son también los columpios que se utilizan en lugar de los tradicionales taburetes altos y sirven, junto a las cortinas, para realzar la atípica altura de 3,30 m.
Una constante que se repite en distintos puntos del loft son los elementos en color negro como la percha del vestíbulo de entrada, las cuerdas de los columpios, las manetas de las puertas y de los armarios empotrados. Un recurso de contraste que guarda un cierto paralelismo con los interiores de las habitaciones y los baños, mucho más oscuros que las estancias comunes.
El vestidor y la entrada de la pared del dormitorio, que también oculta la sala técnica con la lavadora y la secadora, debían evocar contenedores de transporte. Por esta razón, están hechos de madera contrachapada, sólo teñida ligeramente de gris.
Para más información visiten: SMLXL
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