El fenómeno kinfolk surge en 2011 en Estados Unidos de la mano de Nathan y Catherine Williams, inspirados por el estilo de vida de la comunidad Amishs, comunidad centrada en la naturaleza y en la sencillez de la vida en el campo; el “art de vivre” francés, italiano y griego, arraigado a lo natural y al folklore; y el movimiento “hipster” tan activo en las redes sociales.
De esta filosofía y estilo de vida surge una tendencia decorativa en la que se entremezclan conceptos de otras tendencias: con toques bohemios, minimalistas y contemporáneos. Una decoración plural, práctica y cálida que nos invita a regresar a nuestros orígenes y a un modo de vida más relajado.
Características básicas del estilo kinfolk
Espacios amplios
Se opta por amplios espacios donde poder compartir, organizar y disfrutar de la familia y amigos con un toque hippie, cottage o industrial que se adaptan tanto a la casa de campo como a un loft de ciudad.
Colores en tonos suaves y blanco
Este estilo está influenciado por el estilo nórdico, de hecho, el color que domina en las paredes es el blanco, un color que refleja muy bien la luz. Se consiguen así espacios luminosos, simples y armoniosos. El resto de la paleta de colores que se suelen utilizar son tonos suaves como el gris, el crudo, tonos verdes y colores tierra.
Materiales naturales: la madera
Por la influencia del estilo rústico, el material predominante es la madera, material que está presente tanto en revestimientos de techos, paredes o suelos, como en el mobiliario. Se trata de maderas sobrias, macizas o con pátinas en muebles con texturas rugosas de líneas rectas. Pocos muebles, pero bien escogidos.
También están presentes la piedra, el ladrillo visto, el ratán y el cáñamo, decorando paredes o formando parte del mobiliario. Este estilo centra sus bases en la esencia de las cosas, de ahí que primen las materias naturales.
El algodón y el lino tan presentes en la casa rural, no pueden faltar en el kinfolk, formando parte de los complementos y de la lencería del hogar.
Accesorios y complementos DIY
Atmósferas auténticas e irrepetibles son las que se buscan con este estilo, de ahí que el “DIY” esté tan presente en la filosofía kinfolk
Muebles de estilo industrial, floreros de botes reciclados u objetos vintage como faroles o jaulas con flores y plantas conviven fácilmente con piezas de latón, vajillas antiguas muebles restauradas y objetos reciclados. La clave está en mezclarlos para conseguir espacios funcionales, armónicos y acogedores.
Estampados étnicos y artesanía.
Estampados étnicos y tribales en complementos y tejidos, alfombras tipo kilim, papel pintado con un diseño ultramoderno para romper la monotonía del blanco, recuerdos de viajes y atrapa sueños originales, darán como resultado un ambiente lleno de carácter con un look bohemio kinfolk.
Plantas: objetivo conectar de nuevo con la naturaleza
El estilo kinfolk es una invitación a conectar de nuevo con la naturaleza, el regreso a los orígenes a través de las plantas y las flores .Un pequeño jardín interior en casa con aromáticas, plantas en versión XL, una única flor en una bote de cristal reciclado o un cuadro con suculentas darán el toque slow a cualquier rincón. Otro de los atractivos de este fenómeno son los preciosos adornos florales, ramos tan presentes en mesas y paredes.
Espacios amplios
Se opta por amplios espacios donde poder compartir, organizar y disfrutar de la familia y amigos con un toque hippie, cottage o industrial que se adaptan tanto a la casa de campo como a un loft de ciudad.
Colores en tonos suaves y blanco
Este estilo está influenciado por el estilo nórdico, de hecho, el color que domina en las paredes es el blanco, un color que refleja muy bien la luz. Se consiguen así espacios luminosos, simples y armoniosos. El resto de la paleta de colores que se suelen utilizar son tonos suaves como el gris, el crudo, tonos verdes y colores tierra.
Materiales naturales: la madera
Por la influencia del estilo rústico, el material predominante es la madera, material que está presente tanto en revestimientos de techos, paredes o suelos, como en el mobiliario. Se trata de maderas sobrias, macizas o con pátinas en muebles con texturas rugosas de líneas rectas. Pocos muebles, pero bien escogidos.
También están presentes la piedra, el ladrillo visto, el ratán y el cáñamo, decorando paredes o formando parte del mobiliario. Este estilo centra sus bases en la esencia de las cosas, de ahí que primen las materias naturales.
El algodón y el lino tan presentes en la casa rural, no pueden faltar en el kinfolk, formando parte de los complementos y de la lencería del hogar.
Accesorios y complementos DIY
Atmósferas auténticas e irrepetibles son las que se buscan con este estilo, de ahí que el “DIY” esté tan presente en la filosofía kinfolk
Muebles de estilo industrial, floreros de botes reciclados u objetos vintage como faroles o jaulas con flores y plantas conviven fácilmente con piezas de latón, vajillas antiguas muebles restauradas y objetos reciclados. La clave está en mezclarlos para conseguir espacios funcionales, armónicos y acogedores.
Estampados étnicos y artesanía.
Estampados étnicos y tribales en complementos y tejidos, alfombras tipo kilim, papel pintado con un diseño ultramoderno para romper la monotonía del blanco, recuerdos de viajes y atrapa sueños originales, darán como resultado un ambiente lleno de carácter con un look bohemio kinfolk.
Plantas: objetivo conectar de nuevo con la naturaleza
El estilo kinfolk es una invitación a conectar de nuevo con la naturaleza, el regreso a los orígenes a través de las plantas y las flores .Un pequeño jardín interior en casa con aromáticas, plantas en versión XL, una única flor en una bote de cristal reciclado o un cuadro con suculentas darán el toque slow a cualquier rincón. Otro de los atractivos de este fenómeno son los preciosos adornos florales, ramos tan presentes en mesas y paredes.
Vía: Leroy Merlin
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