En 1931, con ocasión de un encargo para el hospital Värnamo, Bruno Mathsson, padre del diseño sueco moderno y proveniente de una familia de ebanistas, puso en práctica por primera vez la idea de fabricar una silla cómoda tejiendo el asiento con cinchas.
Estos diseños no tuvieron mucho éxito, pero no se desanimó y siguió probando en la nieve las posiciones más cómodas de la curvatura del cuerpo, que luego replicaba en madera.
Así, a partir de 1933 empezó a hacer pruebas para su silla Arbetsstol, más conocida como Eva, mediante un bastidor de madera de haya curvada con una malla de yute en el asiento, eliminando la tapicería. Una idea rompedora para la época, que significó de alguna manera un cambio desde el racionalismo geométrico a un estilo más orgánico, adelantándose a modelos parecidos de Alvar Aalto.
A partir de ese concepto estudió varias aplicaciones, y durante los años siguientes desarrolló tres modelos: una silla de trabajo, un sillón de descanso (chaiselongue) y una tumbona que hoy en día siguen fabricándose de forma muy parecida con los nombre de Eva, Pernilla y Modelo 36.
Tanto la silla Eva como sus variantes no resultan solamente asientos confortables, amoldados a la figura humana en situación de reposo, sino que representan un modo de vida que se acerca a la naturaleza, a través de un diseño sencillo, funcional, ergonómico, orgánico, utilizando materiales naturales para su elaboración.
La estructura de la silla Eva a día de hoy se fabrica en madera de abedul con los brazos y patas en haya laminada, utilizando para el material que la recubre distintas opciones, desde lino trenzado (natural o negro) a tela de cáñamo, malla de poliéster o tiras de piel trenzada en distintos acabados y tonalidades. Algunas versiones incluyen también almohadillas y/o reposabrazos para que resulten más cómodas.
Existen dos modelos del sillón Eva: la versión Eva-High y Eva-Sofa. La primera es una silla alta con un cojín sujeto con 3 botones que hace que resulte idónea para reposar la cabeza.
Estos diseños no tuvieron mucho éxito, pero no se desanimó y siguió probando en la nieve las posiciones más cómodas de la curvatura del cuerpo, que luego replicaba en madera.
Así, a partir de 1933 empezó a hacer pruebas para su silla Arbetsstol, más conocida como Eva, mediante un bastidor de madera de haya curvada con una malla de yute en el asiento, eliminando la tapicería. Una idea rompedora para la época, que significó de alguna manera un cambio desde el racionalismo geométrico a un estilo más orgánico, adelantándose a modelos parecidos de Alvar Aalto.
A partir de ese concepto estudió varias aplicaciones, y durante los años siguientes desarrolló tres modelos: una silla de trabajo, un sillón de descanso (chaiselongue) y una tumbona que hoy en día siguen fabricándose de forma muy parecida con los nombre de Eva, Pernilla y Modelo 36.
Tanto la silla Eva como sus variantes no resultan solamente asientos confortables, amoldados a la figura humana en situación de reposo, sino que representan un modo de vida que se acerca a la naturaleza, a través de un diseño sencillo, funcional, ergonómico, orgánico, utilizando materiales naturales para su elaboración.
La estructura de la silla Eva a día de hoy se fabrica en madera de abedul con los brazos y patas en haya laminada, utilizando para el material que la recubre distintas opciones, desde lino trenzado (natural o negro) a tela de cáñamo, malla de poliéster o tiras de piel trenzada en distintos acabados y tonalidades. Algunas versiones incluyen también almohadillas y/o reposabrazos para que resulten más cómodas.
Existen dos modelos del sillón Eva: la versión Eva-High y Eva-Sofa. La primera es una silla alta con un cojín sujeto con 3 botones que hace que resulte idónea para reposar la cabeza.
Vía: Decofilia
No hay comentarios:
Publicar un comentario