La reforma de esta vivienda unifamiliar, construida en 1979 y ubicada en el casco antiguo de Varsovia, tuvo como fin su ampliación y adaptación a las funciones propias de una oficina, manteniendo su estructura residencial. Ésta responde a las restricciones que se aplicaban a los espacios familiares de la Polonia de hace 30 años. “Para eludir la normativa y conseguir una superficie mayor de la permitida, explica el arquitecto Pawel Lis, cada piso de la casa se movió alrededor de 150 cm y, de este modo, se consiguieron seis en lugar de tres niveles. Típico de aquel periodo, el volumen ocultó una solución no estándard”.
Éste fue el punto de partida sobre el que se trabajó para aumentar la superficie de la edificación hasta los 300 m2. La fachada original fue demolida, se modernizó y se acristaló casi por completo, ofreciendo ahora una estética moderna y minimalista donde se juega con los volúmenes y los materiales, y el ángulo biselado de la estructura. Además, la gran superficie acristalada abre el espacio interior hacia el interior, permitiendo que la luz natural entre a raudales dentro de la casa.
Dentro, se mantuvo una clara separación de las funciones debido a los diferentes niveles. Las paredes divisorias de los tres sub-niveles fueron eliminadas y sustituidas por paramentos de vidrio de seguridad, creando la impresión de un solo espacio abierto. Este efecto se potencia con la enorme cantidad de luz que entra en el interior a través de las ventanas de la fachada y del techo parcialmente acristalado.
El interior está revestido con tablas de madera de roble, pizarra gris y basalto negro, tres materiales que crean un ambiente moderno, elegante y cálido. La madera de roble, que se utiliza horizontal como verticalmente, también fue el material elegido para revestir la nueva escalera que se combina con una barandilla de perfiles metálicos pintados de blanco. Este color, aplicado a paredes, techos y puertas, potencia la ya de por sí luminosa vivienda.
El interior está revestido con tablas de madera de roble, pizarra gris y basalto negro, tres materiales que crean un ambiente moderno, elegante y cálido. La madera de roble, que se utiliza horizontal como verticalmente, también fue el material elegido para revestir la nueva escalera que se combina con una barandilla de perfiles metálicos pintados de blanco. Este color, aplicado a paredes, techos y puertas, potencia la ya de por sí luminosa vivienda.
Para más información visiten: Pawel Lis
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