Maximum es una heladería de Sabadell proyectada por 4 Cadires, que recupera en su interiorismo la atmósfera y el sabor de los orígenes de la marca (1940) sumando innovación y tecnología para crear un espacio con un aire actual y cosmopolita.
“El reto del proyecto ha consistido en llegar a un equilibrio entre “tradición e innovación”, una relación muy presente en la marca y que se pretendía dejar patente. Quería mostrarse el saber hacer adquirido por los años y a la vez ser un establecimiento de estética actual. Para ello se entrelazan materiales clásicos con otros más actuales, mobiliario de la época con mobiliario reinterpretado para el proyecto, etc…”
“En la trasbarra, lecheras originales de la época restauradas son un guiño a los orígenes de la marca. Éstas se han utilizado como soporte para mostrar el nombre del establecimiento: MAXIMUM“.
“Las lámparas decorativas de globo del local han sido diseñadas específicamente por 4 Cadires para el proyecto, recreando las farolas de los canales.”
MAXIMUM SABADELL : UN CONCEPTO IMPREGNADO DE HISTORIA
Quienes pasaban por delante de la antigua heladería Capricci de Sabadell no podían evitar detenerse y leer con cierta nostalgia el letrero que colgaba en su persiana: “4 Cadires diseña este espacio“. La conocida heladería Capricci cesaba su actividad y dejaba a Sabadell sin uno de sus locales más emblemáticos y queridos.
Tras varios meses de trámites y obras, los golosos estamos de enhorabuena ya que una nueva y excelente heladería ocupa este espacio y lo hace con el objetivo de no defraudar. Nos referimos a MAXIMUM, el último proyecto llevado a cabo por el estudio de interiorismo 4 Cadires.
4 Cadires ha dejado su sello ahondando en la calidez de un negocio de tradición familiar, de aquellos que no sólo transmiten sus recetas y métodos tradicionales de padres a hijos sino que, además, son vanguardistas en tecnología e innovación.
El proyecto gira en torno al origen de la empresa, que se sitúa en Venecia a principios de siglo cuando, con los excedentes de leche que comercializaba el fundador puerta a puerta, comenzaron a elaborar helados y venderlos. Años después, la primera heladería abre sus puertas en el centro de la ciudad italiana y, después de pasar por París, llega a Barcelona en 1940 donde se fundó “Helados Italianos”, cimientos de Helados MAXIMUM.
El antiguo Capricci, tras sufrir una considerable transformación (se ha rebajado el suelo, retirado tabiques, columnas, reforzado el techo, duplicado su superficie útil…) da paso a MAXIMUM, un local en el que su cuidada decoración, mobiliario, iluminación, etc.. nos transporta a una heladería de las de toda la vida, cargada de historia, personalidad, tradición e innovación.
Lo primero que llama la atención al entrar en el local son sus grandes arcos. Ya desde su entrada y hasta el fondo del local una sucesión de arcos delimitan los espacios: zona de heladería a pie de calle, zona de barra y salón interior. Estos arcos simbolizan los puentes sobre los canales de Venecia por los que pasaban las góndolas cargadas de lecheras, y que fueron el inicio del negocio.
Si vemos estos arcos como puentes, poco a poco se dibuja ante nosotros el resto del proyecto; paredes de ladrillo o de cerámica blanca sujetan los grandes ventanales de madera decapada de las casas que se asoman al canal, donde transcurre la vida del establecimiento. Así pues, todo el local es una recreación de los canales venecianos que, a nivel conceptual, crea un espacio acogedor, con aires del pasado pero a la vez con cierta tendencia cosmopolita.
Llama la atención la gran barra de mármol diseñada siguiendo la estética de los antiguos mostradores de despacho de producto al detalle de lecherías y comercios. No obstante, siguiendo la máxima de “tradición e innovación” de la empresa, se ha optado por un diseño de líneas rectas para su sobre y se ha revestido frontalmente con actuales piezas cerámicas de formas geométricas.
El resultado es una barra que combina la estética del pasado con tendencias actuales, así como materiales clásicos con modernos para aportar equilibrio, frescura, carácter y modernidad al conjunto.
El suelo es cerámico y cuenta con un diseño basado en la erosión que deja el agua sobre los palines (postes de madera en los que se amarran las embarcaciones). Mirándolo con detenimiento, se puede ver incluso el brillo del salitre sobre él. El transcurso del agua por el canal se simboliza mediante la colocación de piezas de cerámica hexagonal que, de forma irregular, va fundiéndose con el suelo y atraviesan el local.
En MAXIMUM no sólo encontramos deliciosos helados, es un lugar donde tomar café, goffres o crepes. Un lugar de encuentro en el que disfrutar comiendo y charlando con amigos, con este objetivo se ha incluido una gran mesa rectangular, fabricada a medida, rodeada de bancos y taburetes. Su color se debe a los colores del agua de los canales y a las maderas repintadas y envejecidas de las puertas de las casas. Gran parte de las paredes de la zona de trabajo y atención al público se ha revestido combinando diferentes tipos de cerámica blanca, características en lecherías y heladerías de la época.
Al fondo del local, encontramos un salón con un aire más íntimo, presidido por una gran librería que esconde los accesos a baños y almacén.
Para su decoración se ha optado por elementos típicos en este tipo de establecimientos, básculas antiguas, vajilla, teteras, damajuanas, etc… además de otros elementos decorativos como fotos antiguas de los orígenes del negocio, lámparas, farolillos y libros antiguos, e incluso unas originales vacas en cerámica blanca que, contentas, bailan al unísono.
Vía: Infurma
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