El nuevo espacio, situado en el barrio de Sanchinarro de Madrid, ha sido un desafío en términos de decoración por ser una fusión de tres cocinas: la vasca, la estadounidense y la japonesa.
A través de los motivos naturales, de árboles geométricos y de la luz, el estudio formado por Aitor Viteri y Elena Lapeña ha conseguido crear un ambiente común, sofisticado e identificable con los sabores e imaginario de estas culturas.
Para ello, la propuesta ha consistido en la utilización de la naturaleza como ‘leitmotiv’ de todos los elementos decorativos, un común denominador de las tres civilizaciones y su gastronomía. Esto no solo supone el uso de plantas y arbustos en los diferentes espacios, sino que animales y flores inspiran el mobiliario, las paredes y los ambientes.
De este modo, los árboles se convierten en estructuras de madera que crecen hasta el techo inspiradas en los Riokan nipones mientras que los elementos de la fauna y la flora campan a sus anchas, con los pájaros fuera de las jaulas y éstas convertidas en otro elemento decorativo lleno de fuerza y versatilidad. Además, los materiales se funden unos con otros para generar movimiento mientras que el blanco aporta luminosidad y acentúa la calidez de la ilmuniación ambiental.

Y para los lugares más privados, el negro se convierte en el símbolo de la intimidad tal y como lo ha sido durante siglos en la cultura japonesa.
Por último, la cocina se eleva como el epicentro de todo y no solo por el recetario. Barra, fogones y chefs al descubierto se sitúan en el corazón del local para darle sentido y coherencia espacial a las diferentes áreas.
Para más información visiten: Viteri/Lapeña, Grupo el Txoko
Fotografías: FHE
Vía: Infurma
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