El proyecto de esta habitación parisina consistió en acondicionar el escaso espacio disponible para poder dormir, cocinar, comer, asearse, trabajar, y almacenar los enseres de una persona, y que todo funcionara con la precisión de una navaja suiza. Y eso fue lo que se hizo, ocupando toda una pared con lo que parece un mueble, cuando en realidad se trata de un contenedor de muebles, armarios, y puertas, perfectamente ordenados.
La clave ha estado en colocar la cama en una posición elevada, pues de esta manera se ha ocupado todo el espacio inferior para el almacenaje de libros, ropa, y la mesa. El acceso al ‘dormitorio’ se hace por una estantería escalonada, hay otro armario que esconde más estantes (y el calentador de agua), mientras que la última puerta es la que sirve de entrada al cuarto de baño. Como no se podían abrir más huecos, la ventilación e iluminación natural del baño se hace a través de una ventana (con vidrio esmerilado) situada en un lateral, justo donde está el fregadero.
La cocina ocupa todo el frontal de la ventana, tiene un mueble bajo, y otro alto al lado de la puerta de entrada al apartamento. El fregadero puede estar tapado por un tablero abatible, lo que aumenta las posibilidades de uso, pero no hemos llegado a comprobar si realmente en esta casa se puede o no cocinar, ya que ni en las fotos ni en el vídeo se ve placa vitrocerámica alguna (o similar).
Este sorprendente trabajo lo ha realizado el Studio Kitoko. Fotos de Fabienne Delafraye.
Para más información visiten: Kitoko Studio
Vía: isArquitectura
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