Los accesorios del hogar se deterioran con el tiempo. No es nada nuevo que le digamos que los grifos cromados requieren un cuidado especial para mantener su brillo natural y que no desluzcan la decoración del resto de la habitación. Por ejemplo, si ve que están muy desconchados y deteriorados, pero no puede permitirse comprar otros, ¿por qué no los renueva usted mismo? Es un buen trabajo de bricolaje en el que podrá descubrir su vena de restaurador.
Olvídese de comprar piezas nuevas para remodelar el grifo. Son costosas y no demasiado fáciles de colocar. En vez de eso proponemos cubrir el grifo con una buena capa de pintura en aerosol tipo cromo. Ya verá cómo le devuelve su brillo natural.
Con bicarbonato y vinagre
Lo primero de todo es limpiar la superficie en la que va a trabajar. Para llevar a cabo esta tarea necesitará un poco de bicarbonato de sodio, vinagre y un paño blanco. Coge un barreño con agua y disuelva el bicaronato en el vinagre de vino blanco. Moje el paño en la mezcla y frote con brío la superficie del grifo. Así conseguirá quitar los restos de jabón y de suciedad que se hayan ido acumulando en el entorno.Una vez haya frotado el grifo con esta pasta, déjela reposar durante unos diez minutos antes de aclararla con agua tibia. Después aplique el agua y seque el grifo con un paño limpio.
La pintura cromada se aplica en varias capas. Para evitar manchar los muebles, será mejor que coja papel o cartón para cubrir las áreas que no deban ser pintadas. Antes de ponerse a pintar, coja un trozo de papel de lija de grano de 180 y páselo por el grifo antes de echarle cualquier producto. Así conseguirá que la pintura se adhiera mejor al cromado.
Limpie el polvo sobrante de lijar el grifo. Coja el bote de pintura de aerosol, agítelo durante unos segundos y aplíquelo sobre el grifo. Cuando lo haya hecho, déjala secar dos horas y vuelva a echar tres capas más de pintura. El grifo quedará como nuevo.
Vía: Decorablog
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