jueves, 20 de febrero de 2014

Descubra cómo decoran los diseñadores sus propias casas gracias a Studio Boot

Descubra cómo decoran los diseñadores sus propias casas gracias a Studio Boot, un espectacular hogar ecléctico lleno de piezas recuperadas, antigüedades y muebles vintage, con una clara predilección por los muebles de los años 50 y con mucho color.

Esta casa de planta baja, primer piso y buhardilla está situada al sur de Holanda en un antiguo taller mecánico reformado, al cual decidieron dar una segunda vida. El propio Studio Boot comenta: “Estaba en un estado deplorable, pero vimos el potencial de sus 1.100 m2”.
Necesitaron dos años para transformarlo en su actual casa-estudio, la reforma fue a cargo del estudio de arquitectos Hilberinkbosch Architecten. En la planta baja de la casa encontramos un amplio espacio de trabajo con dos despachos y un luminoso vestíbulo con un altísimo techo acristalado.
Encontramos también en la planta baja una espectacular cocina, el comedor y el jardín. En la primera planta decidieron ubicar un enorme salón compartimentado en varias zonas, y en la buhardilla, el dormitorio de la pareja.
El Studio Boot está formado por Petra Janssen y Edwin Vollebergh, una pareja profesional y también personal, y es uno de los estudios más importantes de diseño gráfico de Holanda. La pareja decidió diseñar su hogar y estudio trasladando el mundo del diseño gráfico a la decoración.
“Nos gusta definirnos como nómadas urbanos, coleccionistas que se rodean de muebles con historia. Recopilamos cosas desde hace más de 25 años y nos han acompañado desde nuestra
 primera casa. Es el caso de las cornamentas, que nos encantan desde que estudiábamos juntos”, comenta la pareja.
Conservaron muchos de los elementos arquitectónicos del taller para así dotar de memoria al lugar, conservaron las vigas vistas y le añadieron diversas antigüedades adquiridas en subastas o piezas recuperadas, 
como los radiadores de un viejo hospital.

Piet Hein Eek fue quien les ayudó a restaurar el techo de vidrio y quien creó la maravillosa pared divisoria elaborada con puertas y ventanas celestes recicladas que separa la cocina del estudio.
De esta manera separaban de forma visual y clara la zona privada de la de trabajo. El color turquesa de la pared de la cocina es un must have, el cual puede usar en cualquier zona o mueble de cocina.
“Lo concebimos como un elemento para independizar el estudio de nuestra zona privada, y esto nos da libertad total: si necesitamos trabajar de noche sin molestarnos, podemos hacerlo, y si queremos hacer una comida fuera de la vista de nuestros clientes, también. Esta casa es muy generosa y encaja a la perfección con nuestra filosofía de vida: crecer como seres humanos, como familia y como diseñadores”, cuenta Petra.
Una de las piezas principales del apartamento es la Cooper Lamp de Tom Dixon, que aquí aparece por triplicado en la mesa del comedor, junto a Silla verde DOS de Roderick Vos, y a un banco tapizado de Piet Hein Eek.
En la cocina decidieron poner una enorme isla de cocina, que en realidad es una mesa de laboratorio reciclada, iluminada por unas lámparas de cobre de Ikea, también vemos una silla recuperada de 
un antiguo hospital.
Subimos a la primera planta, dedicada en exclusiva al salón, lo primero que vemos es un armario amarillo divisorio, para crear dos espacios, el amarillo contrasta con los sofás de cuero de los 60 de Hans Olsen para CS Glostrup.
El salón está lleno de grandes piezas como la lámpara de pie de Piet Hein Eek, la jaula de madera de Dick van Hoff, la mesa de café de los 50 recuperada 
y tapizada con piel de avestruz y como colofón la impresionante y maravillosa alfombra moldava en negro estampada con enormes flores en rojos.
Además no podían faltar los clásicos del diseño industrial como el balancín del matrimonio Eames, la lámpara de suelo Arco de Achille & Pier Giacomo Castiglioni, la silla Ball de Eero Aarnio o el flexo de pie Jiélde que contrastan con piezas folclóricas, objetos recuperados y muebles hechos a medida, es el gran mundo del eclecticismo.
El espacio más caliente del salón lo encontramos junto a una preciosa estufa de piedra de Dick van Hoff, custodiada por una lámpara de 
flores adquirida en una subasta y una silla negra de 
aluminio de los 50 de Marktplaats.
Finalmente nos subimos a la buhardilla donde ubican el baño y el dormitorio en un único espacio abierto. La gran bañera rectangular colocada en el centro preside el dormitorio, la cual se apoya en una pared divisoria azul que esconde un 
lavabo doble detrás.
De este espacio destacaría los estampados de mil y un colores en contraste con un ambiente blanco y relajado, como la bella colcha de Designers Guild, el hermoso biombo chino 
de los 50 y las alfombras estampadas repartidas por todo el espacio.
Un hecho curioso es que en cada planta han colocado un suelo distinto, en función de las necesidades. En la planta baja se han decantado por unos suelos funcionales y cálidos de microcemento, en la la primera planta los suelos tienen un look más señorial, son de madera colocados en espiga y en la buhardilla encontramos el suelo más rústico y confortable a base de unas anchas lamas de madera clara.
Puede también aplicar esta idea entre espacios de una misma planta, la cocina con microcemento, los espacios comunes, como el salón y comedor con madera en espiga y los dormitorios con lamas anchas de madera.
En general vemos una paleta cromática en tonos tierras, nude, cremas y beige con mil y un toques de colores, en general pastel combinados con algún que otro color brillante. En cuanto a materiales, destacan el cobre, la piel y la madera, aderezado con muchos textiles y alfombras.
Para más información visiten: Studio BootHilberinkbosch Architecten. 
Vía: Decoesfera



















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