Cuando compramos papel pintado para revestir paredes, podemos ver que en la etiqueta aparecen una serie de símbolos que son muy importantes a la hora de escoger y colocar el material. Gracias a ellos podemos saber si se trata de un papel muy resistente a los lavados, o si sólo admite una suave pasada con la esponja.
También nos indican detalles muy importantes, como la forma en que deben cuadrarse los estampados o si resisten bien la acción de la luz del sol, algo muy importante a la hora de utilizarlos para empapelar habitaciones más o menos luminosas.
Aparte de estos símbolos, hay otros aspectos a considerar a la hora de empapelar las habitaciones. En el aspecto decorativo, actualmente la tendencia es revestir sólo alguna de las paredes de las estancias, para darles mayor protagonismo y no saturar el ambiente con los motivos.
Por ejemplo, en el dormitorio se puede empapelar la pared correspondiente al cabecero con un papel estampado, y pintar el resto de la habitación en uno de los colores más claros que aparezcan en el revestimiento.
En cuanto al aspecto técnico, antes de ponerse manos a la obra deberá contar con todo el material necesario. Una vez comprado el papel (no olvides calcular perfectamente la cantidad necesaria), también necesitará un rodillo o brocha de empapelar, un cúter bien afilado con hojas de recambio, cinta métrica, reglón de 240 cm, plomada o trazadora, tijeras largas y afiladas, una escalera, mantas viejas o cartones para cubrir el suelo, una rasqueta o espátula ancha, un recipiente para el adhesivo, un cepillo de empapelar y una mesa amplia (puede hacerla con dos caballetes y un tablero grande).
Vía: Deco Estilo
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