Hace ya muchos años que la calefacción es un miembro más de nuestra familia, y a pesar de que su estética también ha evolucionado y hoy en día podemos encontrar radiadores capaces de integrarse en todos los estilos de decoración, los cubreradiadores son la solución idónea para aquellas casas en las que los radiadores no son especialmente bonitos.
Uno de los espacios en los que más se opta por la colocación de cubreradiadores es el recibidor. Generalmente es un hueco de paso, no especialmente grande, y si encima el radiador está colocado en la única pared existente, la decoración estará muy limitada.
En estos casos, un cubreradiador acompañado de algunos otros elementos, hará las veces de consola, y nos permitirá tener una superficie sobre la que apoyar cosas.
Suelen incorporar rendijas, puertas batientes o abatibles, para que el calor salga, y consigamos una buena temperatura en la estancia en la que va colocado.
Pero además de en el recibidor, en el salón, la cocina, el cuarto de baño o en las habitaciones, también podremos colocar cubreradiadores. En el mercado podremos encontrarlos con diseños muy atractivos, que se adaptaran a la decoración de cualquier habitación.
Es una buena solución cuando tenemos niños en casa, ya que aunque la temperatura del radiador nunca sube tanto como para quemarnos con ellos, los tubos que acercan el agua desde la caldera, si que lo hacen, y pueden suponer un peligro que evitaremos de esta manera.
Vía: Deco Estilo
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