Uno de los edificios de la Bauhaus, el Prellerhaus, ofrece ahora la oportunidad de pasar la noche en uno de sus 28 apartamentos de 24 metros cuadrados que ocuparon en su día Anni y Josef Albers, Gertrud y Alfred Arndt, Herbert Bayer, Hannes Meyer, Joost Schmidt, Marcel Breuer, Marianne Brandt o Gunta Stölzl.
La Bauhaus, la “casa de la construcción” fundada por Walter Gropius que sentó las bases normativas y patrones de lo que hoy conocemos como diseño industrial y gráfico, ha sido desde su inauguración en 1919, pasando por su clausura por los nazis en 1934 y hasta nuestros días, un modelo a seguir y una inspiración para cualquier apasionado del diseño. Su sede de Dessau, proyectada por su primer director Walter Gropius, es un edificio emblemático en el que la máxima “la forma sigue a la función” está perfectamente representada en la manera en que los diferentes volúmenes fueron diseñados siguiendo su función.
En el antiguo edificio taller -Prellerhaus-, todas las habitaciones se han rehabilitado y han recibido un toque personal, escogiéndose trabajos de mobiliario o arte realizados por los ocupantes. El viejo edificio permite experimentar de nuevo su función histórica como residencia de estudiantes. ¿Por qué no sumergirse en la emocionante atmósfera de los años veinte y la excitante vida de la Bauhaus.
Habitación original reconstruida
Una de las habitaciones ha sido adecuadamente reconstruida para presentarse como era en los años en que estuvo ocupada. Es una habitación individual en la que la altura de la puerta se ha subido a 2,22 metros, y la instalación original (conexiones eléctricas, radiadores y hasta servicios sanitarios son los de los años 30) se ha mantenido. Las paredes divisorias y los armarios empotrados también se han recuperado y se ha podido amueblar con las piezas estandarizadas que se utilizaron entonces, tras una ardua labor de investigación.
Estos en su mayoría consistían en muebles de acero tubular diseñados por Marcel Breuer, una encimera sobre dos caballetes, y una cama nicho forrada con tela de rafia con una colcha que fue producida en el taller de tejido. Los artículos que no se han podido encontrar en el depósito de la Fundación Bauhaus Dessau tener han sido laboriosamente reconstruidos.
El resto de las habitaciones han sido personalizadas para reflejar la forma de vida de alguno de sus más célebres habitantes. Ya están realizadas la de Alfred Arndt, la pareja Albers, Marianne Brandt y Franz Ehrlich.
Habitación Albers
Se cree que el pintor, escultor y teórico de arte Josef Albers (1888-1976) ocupó la habitación 204 desde septiembre de 1926 hasta que se trasladó a su casa de profesor en 1928. Destacado diseñador de mobiliario, algunas de sus creaciones más destacadas están en su habitación, como una estantería de madera de roble de 1923, una mesa de té de madera de roble y cristal pintado de blanco de 1927 y una mesa pupitre de 1926, comercializados por Klein & more, bajo licencia exclusiva de the Josef & Anni Albers Foundation.
Habitación Ehrlich
El arquitecto alemán aprendió todo lo que necesitaba para desarrollar su oficio y convertirse en uno de los más prestigiosos profesionales de la República Democrática Alemana en la Bauhaus trabajando para Walter Gropius.
Su habitación, la 307, está amueblada con la serie 602 que Ehrlich creó a mediados de los 50 para Deutsche Werkstätten de Hellerau, Dresde. Es un sistema modular que se caracteriza por su sencillez y apariencia de caja. Hay además una reproducción de una vista de Moscú en pastel, cuyo marco fue diseñado especialmente por Ehrlich para él.
Habitación Marianne Brandt
Marianne Brandt (1893-1983), que estudió en la Bauhaus en su primera sede en Weimar, fue la jefa interina del Taller de Metalistería de Dessau desde 1928 hasta que se graduó. Sus diseños de lámparas y otros objetos de metal le han convertido en uno de los diseñadores más famosos salidos de la escuela.
Brandt ocupó la habitación 302 de Prellerhaus desde la primera de 1927 hasta el otoño de 1929, y sus fotografías y notas sobre el lugar han supuesto una gran ayuda a la hora de arreglar y hacer habitable el edificio.
En la habitación destacan una maleta grande con el ajuste de madera, y una sencilla tumbona plegable de madera con tela de rayas de colores, una de las favoritas de Brandt. Y no podía faltar una lámpara de mesa con un reflector horizontal hemisférico, para aumentar la pantalla, basada en una que no ha sobrevivido y que estará disponible en la primavera de 2014 gracias a una de una serie similar localizada en el Bauhaus Archive de Berlín.
Para más información visiten: Bauhaus Dessau, Alfred Arndt, Franz Ehrlich, Klein & more
Vía: diarioDESIGN
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