Primero fue Copenhagen y ahora Malmö. Los diseñadores valencianos Borja García y Laura Ros siguen su ruta por los países nórdicos con estos dos proyectos de restauración “primos hermanos” que, sin embargo, podemos disfrutar sin salir de Valencia. Su denominador en común sigue siendo la cocina vegetariana y un diseño fresco que pretende trasmitir la calidad de vida de los escandinavos. Pero si con el primero el acercamiento es más formal, Malmö, en cambio, quiere que nos sintamos como si estuviéramos en casa. En una casa nórdica, claro.
El nuevo local, situado en la ‘xiqueta bonica’ de Valencia ahora mismo, es decir, el barrio de Russafa, comparte una estética similar al Copenhagen, ambos de la misma propiedad. Esto es, una buena dosis de carpintería, tonos neutros y líneas limpias. Pero esta vez potenciando el color en el mobiliario para conseguir una atmósfera aún más cálida pero sin perder la coherencia de la marca.
El trabajo del estudio se ha centrado en el interiorismo pues se ha respetado la estructura espacial del local, que ya había acogido a otro restaurante antes. De este modo estamos ante un espacio de planta rectangular dividido en tres secuencias conectadas una a continuación de la otra: acceso, bar y restaurante. Sólo la cancela exterior y la puerta principal separan el acceso del resto, si bien pueden abrirse completamente, dejando que el exterior se introduzca en el interior.
La cancela y la puerta están representadas a través de una caja negra que rompe con la carpintería del bar, la cual se prolonga hasta el exterior. Esta pieza es la más fría y urbana del local al haber utilizado materiales más duros e industriales. Pero ese es su objetivo cuando está cerrada: funcionar como espacio de transición entre la calle y el restaurante.
El espacio del bar, por su parte, se caracteriza por dos elementos: un juego de huecos que enmarca las barras de apoyo y los taburetes, y una serie de estanterías de madera frente a la barra del bar.
En cuanto al restaurante, una gran mesa redonda de roble convive con un banco corrido y mesas rectangulares, las cuales pueden moverse según las necesidades del local.
Como decíamos, tanto para la envolvente como para las barras y el mobiliario fijo se han utilizado materiales ligeros – siendo la madera de fresno la protagonista – así como colores neutros. Mientras que el mobiliario y el resto de elementos móviles destacan por una amplia paleta de colores vivos.
“La madera ha recibido un tratamiento mate prácticamente imperceptible para mantener todas las propiedades sensoriales del material, evitando brillos y pulimentos que pudieran contaminar la imagen buscada”, detalla el estudio.
El mobiliario, por su parte, mezcla piezas como la silla J77 de Hay y la silla Whiskey de Punt con otras piezas diseñadas por el estudio valenciano para el restaurante como los taburetes de la zona del bar y todas las mesas del local, las cuales forman un mosaico de colores.
La iluminación también mezcla diferentes tipos de luminarias e intensidad para conseguir el punto de calidez que se busca. Destacan las pantallas de corte industrial y la lámpara de inspiración escenográfica hecha a partir de piezas industriales. Ambas son un diseño propio de Borja García Studio.
Por último, pero no por ello menos importante, y situado en el corazón del restaurante, es decir, en el centro del local, está la ilustración del valenciano Lawerta: ‘Malmö, grönsaker och vänner’, un juego tipográfico que rinde homenaje a la cocina vegetariana que sirve el local.
El trazo manual del ilustrador contrasta con los soportes gráficos del proyecto, de motivo hexagonal, lo cual, por cierto, “queda vinculado al potente rigor geométrico del espacio”, añaden.
Para más información visiten: Borja García Studio, Hay, Punt, Lawerta
Vía: diarioDESIGN
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