
La propuesta de Cuarto Interior ha tratado de ser lo más respetuosa posible con el edificio de estética novecentista en el que se ubica, obra de Antonio Palacios.
De esta manera, se han utilizado livianas redes de camuflaje para procurar sombra durante el día y evitar que la silueta de estos elementos modificase la imagen de la fachada y del emblema de la institución: la famosa escultura de bronce de 7 metros de altura de la diosa romana Minerva, que representa la sabiduría y el arte.

De la misma forma, en el propio restaurante todo el mobiliario está dispuesto para que el visitante nunca dé la espalda a las vistas. Se han combinado con acierto piezas de diseño contemporáneo (como el sillón Nido de Expormin, el sillón Lisboa de Resol, o los faroles de Vondom) con otros de aire vintage e industrial, como las emblemáticas sillas Tolix.
Se ha puesto especial cuidado en proteger los lucernarios que se encuentran en la azotea y por los que penetra la luz a las espectaculares salas del edificio. Para ello se han dispuesto dos zonas con tumbonas que los rodean, y que permiten a los clientes tomarse relajadamente una copa y disfrutar de la conversación.

La oferta culinaria de esta temporada está inspirada en la cocina callejera de todo el mundo, street food internacional que acentuará el carácter multicultural del espacio. Una propuesta muy urbana que pretende dialogar con las calles de Madrid, muy presentes en las espectaculares vistas.

Para más información visiten: Cuarto Interior, Azotea del Círculo, Círculo de Bellas Artes
Vía: diarioDESIGN
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