


Los muebles altos se han elegido en color blanco que contrasta con el gris oscuro de los muebles bajos y con el negro de los electrodomésticos. Por otra parte, la zona de comer se integra en la cocina junto a la zona de fregado. La uniformidad de tonos ayuda a que el conjunto resulte armónico y equilibrado.


Los colores oscuros tienen gran protagonismo en la zona de columnas en la que están situados los otros electrodomésticos. El gris oscuro es el elegido para los frontales de estos muebles, pero la encimera en blanco refleja la luz y contrasta con ellos haciendo que el conjunto no resulte nada apagado, sino todo lo contrario.
La cocina ofrece una amplia superficie de trabajo que permite que sobre ellas se puedan colocar todo tipo de cosas, pequeños elementos, incluso libros, que aportan esos toques tan necesarios de color. Aunque el negro y el gris oscuro, contrastados con el blanco, hacen que la cocina no resulte fría, tampoco viene mal añadir algún pequeño objeto en un color alegre.
En realidad aunque la cocina tiene muchas zonas en tonos oscuros y en particular en color negro, en conjunto resulta una cocina clara y muy luminosa. Claro está que al utilizar el negro hay que tener cuidado y que conviene que se haga en una cocina de grandes dimensiones y con buenas entradas de luz natural como esta.
También hay que tener en cuenta que el los tonos oscuros se han utilizado principalmente en zonas verticales y que a excepción de la de la mesa de comer, el resto de superficies son de color blanco que refleja mejor la luz e incluso ayuda a que el espacio parezca más amplio.
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Vía: Decoesfera
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