Hace poco vimos la cocina de una casa tradicional inglesa en la que encontrábamos contrastes entre el estilo clásico y el más actual. Hoy vamos a ver otra en la que en cierto modo también podemos encontrar algunos de esos contrastes, pero con un toque radicalmente diferente que le proporciona el uso del color negro.
Se trata de una vivienda unifamiliar en la zona de West Berkshire en Windsor, un barrio residencial lleno de casas tradicionales inglesas. Gregory Smith de Kelvin & Co, fue el encargado de la reforma en la que mejoró la organización y el aprovechamiento el espacio y potenció la entrada de luz natural, trabajando en el concepto de convertir la cocina en algo más que un espacio de trabajo.
La cocina está distribuida en paralelo. En un lado tenemos la zona de fregado compuesta únicamente por módulos bajos y situada debajo de una de las ventanas, de modo que mientras fregamos podemos disfrutar de las vistas al jardín. En la pared de enfrente, se sitúa el resto del mobiliario, tanto la zona de cocción, como las columnas con los electrodomésticos.
Los muebles altos se han elegido en color blanco que contrasta con el gris oscuro de los muebles bajos y con el negro de los electrodomésticos. Por otra parte, la zona de comer se integra en la cocina junto a la zona de fregado. La uniformidad de tonos ayuda a que el conjunto resulte armónico y equilibrado.
El frigorífico de Smeg es siempre adorable y en este caso, en color negro, aporta un guiño estético muy especial a la cocina. Sus formas curvas contrastan con las líneas rectas de todo el mobiliario y su estilo retro contrasta también con el diseño moderno de los demás elementos, al mismo tiempo que hace referencia al origen tradicional de la vivienda.
El hecho de que el frigorífico esté completamente rodeado de colores claros, tanto en el suelo y el techo, como en las paredes, hace que su brillo destaque aún más. Además el uso del contraste negro y blanco tiene continuidad en otras zonas de la vivienda y no solo en la cocina, como podemos ver junto a la puerta en el suelo del pasillo adyacente.
Los colores oscuros tienen gran protagonismo en la zona de columnas en la que están situados los otros electrodomésticos. El gris oscuro es el elegido para los frontales de estos muebles, pero la encimera en blanco refleja la luz y contrasta con ellos haciendo que el conjunto no resulte nada apagado, sino todo lo contrario.
La cocina ofrece una amplia superficie de trabajo que permite que sobre ellas se puedan colocar todo tipo de cosas, pequeños elementos, incluso libros, que aportan esos toques tan necesarios de color. Aunque el negro y el gris oscuro, contrastados con el blanco, hacen que la cocina no resulte fría, tampoco viene mal añadir algún pequeño objeto en un color alegre.
En realidad aunque la cocina tiene muchas zonas en tonos oscuros y en particular en color negro, en conjunto resulta una cocina clara y muy luminosa. Claro está que al utilizar el negro hay que tener cuidado y que conviene que se haga en una cocina de grandes dimensiones y con buenas entradas de luz natural como esta.
También hay que tener en cuenta que el los tonos oscuros se han utilizado principalmente en zonas verticales y que a excepción de la de la mesa de comer, el resto de superficies son de color blanco que refleja mejor la luz e incluso ayuda a que el espacio parezca más amplio.
Para más información visiten: Santos, Kelvin & Co
Vía: Decoesfera
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