En unos pocos pasos convertirán una caja de vino en un cómodo escabel para poner los pies, perfecto para que los más pequeños se sienten cómodamente en la mesa de centro y además con almacenaje bajo la tapa. Las herramientas son fáciles de conseguir y con un poco de maña les quedará precioso.
Herramientas:
Grapadora de tapicero
Tijeras que corten bien
Retal de tela sobrante de tapicería (es decir fuerte)
Plancha de relleno ( sirve gomaespuma finita o los empapadores de grasa que se venden para las cocinas)
Una buena caja de madera de seis botellas de vino
Pegamento
Tijeras que corten bien
Retal de tela sobrante de tapicería (es decir fuerte)
Plancha de relleno ( sirve gomaespuma finita o los empapadores de grasa que se venden para las cocinas)
Una buena caja de madera de seis botellas de vino
Pegamento
Paso 1
Medimos y recortamos la gomaespuma o relleno elegido para forrar la caja. En cualquier supermercado o bazar pueden encontrar gomaespuma finita o los empapadores de grasa para los lados de las cocina, que son fáciles de cortar y de trabajar con ellos. Conviene que sobre un poco para que acolche los bordes de la caja. Vamos grapando con cuidado de no traspasar la madera.
En el mercado existen diferentes largos de grapa para las grapadoras de tapicero. Unas más largas para entelar habitaciones, otras más cortas para tapizar muebles de maderas gruesas y las más cortas para trabajos manuales.
Hay que conservar las divisiones de las botellas, que nos servirán para rematar la tapa y la parte de dentro de la caja.
Paso 2
Acolchamos bien la tapa, que es la parte que debe quedar más mullida y forramos con la tapa, bien estirada. Para rematarla y que no se vean las grapas, utilizamos las divisiones de las botellas, que pegamos con pegamento de secado rápido. En caso de que no tengan las divisiones, una tela de retor o un cartón forrado nos servirán, igualmente.
Medimos y recortamos el retal de tela y forramos la caja, cuidando especialmente las esquinas para que no queden demasiado bastas. Vamos grapando cuidadosamente, procurando que la tela esté bien tensa. El truco par conseguirlo en grapar primero una esquina y después la que tiene enfrente, así conseguiremos que no se tuerza la tela.
Paso 3
Con el resto de las divisiones de la las botellas rematamos el interior de nuestro nuevo escabel. Con ayuda de gatos pequeños o simplemente libros que presiones la lámina de madera o cartón forrado (como hicimos en la tapa) hasta que se seque el pegamento, dejarán un remate profesional.
Todos estos trabajos de bricolaje, requieren mucha paciencia. es importante guardar bien los tiempos de secado, ya que si no, se despegará enseguida y es difícil volver a pegarlo. Es fundamental para que puedan tener un buen almacenaje.
Paso 4
Ahora les diría que ha llegado el momento de personalizar vuestro escabel, utilizando pasamanería, borlas o madroños, que tan de moda están como remate de lámparas, almohadones y escabeles, de un tiempo a esta parte. La cosa es que es un buen truco para “camuflar” las imperfecciones.
Paso 5
Este paso es opcional, se trata de ponerle patas. En cualquier tienda de bricolaje tienen patas de madera, barnizadas, de colores o al natural. Simplemente hay que pegarlas o atornillarlas, dependiendo del modelo que elijan. Pueden poner una tapa de cartón como remate y un aironfix de terciopelo para que no raye el suelo, aunque este siempre sobre una alfombra.
Vía: Decoesfera
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