¿Está pensando en remodelar su cuarto de baño? ¡Pues entonces tendrá que decidir un montón de cosas! Sin duda, una de las elecciones más importantes es escoger entre ducha o bañera, pero no crea que la decisión termina aquí. Y es que también tendrá que decidir si quiere un plato de ducha de toda la vida o un plato de ducha de obra, que requiere ciertas transformaciones en el baño, como levantar un tabique adicional o cambiar el suelo.
Para hacer una ducha de obra pueden usarse piedras, baldosas o concreto pulido, pero lo más importante es que se encargue un profesional que sepa hacerlo muy bien, recordando que esta área del baño debe tener una pequeña inclinación que haga que el agua no se estanque, sino que vaya a parar al sumidero, que estará ubicado en el centro o de un lado. Las duchas de obra tienen un montón de ventajas. Por ejemplo, son mucho más duraderas y pueden hacerse basándose en su espacio y en su propio gusto. ¿Quiere saber qué más ventajas tienen este tipo de duchas?
Aprovechar el espacio al máximo
Gracias a su enorme versatilidad y a su fácil adaptación, las duchas de obra son casi imprescindibles a la hora de diseñar el proyecto de un baño, aprovechando al máximo el espacio disponible. Además, si hay espacio suficiente, se puede instalar un asiento de manera sencilla.
Facilidad de acceso
Una de las grandes ventajas de las duchas de obra es su facilidad de acceso, ya que no cuenta con barreras arquitectónicas, algo ideal para personas mayores o con movilidad reducida. Además, con el plato de obra dispone de una gran variedad de materiales a elegir.
Inconvenientes
Sin embargo, las duchas de obra pueden tener algunos inconvenientes: si no son antideslizantes pueden provocar accidentes, si no se instalan bien pueden provocar humedades y, dependiendo del material y del uso, pueden salir hongos o suciedad.
Vía: Interiorismos
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