En realidad no son “muebles”, sino un mueble y una escultura que se han creado bajo el nombre de DNA (ADN son las siglas en castellano). Estas dos curiosas piezas son obra de un estudio de diseño que nos tiene acostumbrados a propuestas de la más rabiosa originalidad, y las de hoy no lo son menos: se han realizado en base a formas creadas por un mapa de código genético.
El estudio es Tjep, con sede en Holanda; las piezas las han creado junto con la compañía Dutch DNA. Sus creativos han utilizado mapeados genéticos para crear diseños que se pueden manipular con un software especialmente desarrollado para ello. De esta forma, se generan formas que se pueden trasladar a piezas de mobiliario.
A partir de una muestra de saliva
Para generar el mapa de la serie DNA, se tomó una muestra de saliva de la bailarina contemporánea holandesa Giulia Wolthius, cuyo padre fue el fundador de Dutch DNA. “El proceso comienza con un sencillo test destinado a crear el perfil genético; es el mismo que utiliza la policía o que se emplea en los test de paternidad”. Los análisis, obtenidos en un laboratorio holandés, se le suministran a un programa que archiva los datos y genera líneas que crean formas tridimensionales.
Mesa y escultura en resina
Como el ADN de cada persona es único, los diseños creados mediante el mapeado de los genes de las distintas personas son sutilmente distintos en cada caso. Así, se pueden crear piezas de mobiliario completamente personales e intransferibles. El ADN de Wolthius se empleó para diseñar la mesa Darwin, con encimera transparente, mientras que la escultura Torus se realizó con resina en un moldeado tridimensional. Ambas piezas llevan acabado lacado: la mesa en color blanco, y la escultura, en rosa. Dos piezas singulares, que tienen en su diseño auténtica personalidad: la de los genes sobre los que se han creado.
Vía: Revista Muebles
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