La técnica del esponjado es muy útil y consiste simplemente en estampar una esponja sobre una superficie ya pintada.
Los únicos elementos que necesitamos para llevarla a cabo es una esponja, que puede ser de las sintéticas, las vegetales o las marinas. Éstas últimas son las mejores para esta tarea.
También podemos elegir esponjas con poros más grandes o más pequeños, para obtener diferentes efectos.
Las combinaciones de colores son infinitas, logrando con cada uno resultados muy atractivos.
El esponjado es una de las técnicas que se realiza tanto agregando pintura como removiendo o quitando la misma.
Para que nuestro esponjado quede perfecto, solo tenemos que seguir los siguientes pasos.
- El segundo paso consiste en cargar la esponja con pintura y descargar el excedente sobre un papel absorbente.
- Aplicar sobre una base ya seca, con golpecitos suaves y rotando o moviendo la mano, para que no queden líneas marcadas. Así hasta terminar toda la superficie.
- Si por el contrario, vamos a realizar el esponjado "quitando o retirando" pintura, debemos colocar sobre la pintura base ya seca el otro color, y antes que este se seque, aplicamos la esponja limpia realizando los mismos movimientos que en el caso anterior, de este modo, iremos retirando parte de la pintura aún húmeda para dar paso a la textura deseada.
Si se desea agregar un segundo color, se puede aplicar sobre el primero aún húmedo o dejar secar el primero y luego aplicar el segundo.
Otros consejos para tener en cuenta:
- Sin dejar secar, aplicar la esponja humedecida sobre los bordes de la pintura fresca para lograr una uniformidad y no se noten cortes.
- Para que la esponja nos dure para varios esponjados, debemos lavarla apenas terminado el trabajo con abundante agua y jabón blanco, hasta que el agua salga completamente limpia.
- Por regla general, se suele trabajar de claro a oscuro superponiendo entonaciones más intensas sobre las más ligeras.
Vía: Cómo hacer para...
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