Esta noticia seguro que va a animar a los amantes del bricolaje, y del ‘hágalo usted mismo‘ (HUM/DIY) porque según han anunciado desde el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), conseguir un panel fotovoltaico casero va a ser más fácil y barato de lo que nos imaginábamos.
El descubrimiento tiene como partida la fotosíntesis que realizan las plantas, de tal manera que aprovechando algunos residuos agrícolas, como el césped cortado, y cierta cantidad de ‘polvo estabilizador’, se podría generar electricidad para nuestras necesidades domésticas. Esto es algo muy alentador, porque además sería bastante barato de conseguir.
El ingrediente activo de esos paneles solares domésticos lo encontraríamos en la hierba cortada, por ejemplo, precisamente en la proteína que interviene en la fotosíntesis, algo no demasiado complicado de extraer. Pero una vez que la tengamos, lo verdaderamente difícil es conseguir que la proteína sea estable, que continúe siendo operativa en el interior de nuestro panel. Este inconveniente ha mantenido muy ocupados a los científicos de MIT, pero después de años de investigación han conseguido un método para que dicha proteína sea estable, una vez puesta en la superficie de los paneles.
El llamado polvo estabilizador no es otra cosa que una nano-estructura de dióxido de titanio y óxido de zinc, junto a un metal o sustrato de vidrio. Por ahora su eficacia es muy baja, pues apenas convierte un 2% de la luz solar en electricidad, pero se está trabajando para que en un futuro se pueda conseguir una especie de pintura solar para los tejados, sobre la que conectar unos cables y cargar unas baterías, iluminar una bombilla…, pero con una eficacia diez veces mayor.
En el siguiente vídeo Andreas Mershin explica de manera sencilla y resumida el proceso. Se pueden leer los subtítulos, y en su idioma, si activa el icono inferior “cc” del recuadro del vídeo.
Para más información visiten: MIT
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