viernes, 30 de diciembre de 2011

Lab_matic reinventa el formato de la taberna madrileña en La Musa Latina.

Las Musas – los restaurantes madrileños, no las diosas de la inspiración – son ya parte del espíritu de los barrios de Malasaña y La Latina. Hay quien dice que La Musa Latina es la más guapa de las dos hermanas. Pues bien, a partir de ahora, todavía lo será más. Su propietario, Eduardo Basanta, la ha sometido a un cambio radical para que refleje los matices y el ambiente castizo del barrio, y al mismo tiempo no se quede rezagada en cuestiones de diseño. El resultado es un formato de taberna más moderno y, además, sin el ruidoso bullicio que caracteriza a estos locales.



Los elegidos para llevar a cabo este trabajo han sido los miembros del estudio de diseño gráfico Lab_matic, capitaneados por Javier Bootello. En colaboración con las ideas de Basanta, se han encargado del interiorismo siguiendo su particular visión: “La exclusividad está pasada de moda, el auténtico lujo son los espacios diseñados para compartir, sentirse a gusto y comer bien”, ha dicho Javier González, Director de Arte de Lab_matic.

La fórmula pasa por mezclar en su justa medida los elementos típicos de una taberna tradicional con materiales y conceptos más modernos. Columnas de acero y taburetes de madera con una barra de estilo americana iluminada con luz blanca directa.

El local cuenta con dos ambientes: La zona de la barra y las grandes mesas de madera para tomar unas cañas y las obligadas tapas, y un espacio más íntimo con mesas para cenar.

Lo primero que llama la atención del cliente es un jardín vertical en una de las paredes. No es un mero elemento decorativo, tan en boga estos días. El jardín, al igual que los escalones frente a la barra, hechos de baldosas hidráulicas, pretende recrear el ambiente de las plazas del barrio.

Otro de los elementos originales de La Musa Latina es un mural con un dibujo a mano de los emblemáticos tejados del barrio que recorre varias de las paredes. La intención de Lab_matic es hacer sentir al cliente como si estuviera en una azotea.

El ambiente de taberna se ha conseguido con la utilización de elementos clásicos como las columnas de acero al natural, la madera envejecida y muebles de principios del s. XX

Todo el local es una mezcla de texturas. Techos de aluminio, la entrada acristalada, la vegetación del jardín y las plantas, la madera envejecida de las mesas, los tubos de ventilación a la vista, dibujos en forma de mosaico para las baldosas…

El mobiliario también sorprende. Uno nunca esperaría encontrarse sillas giratorias de oficina de aspecto vintage en una taberna madrileña.

Tres colores mandan en La Musa Latina: el gris de las columnas, las barras y parte de las sillas; el marrón de la madera del suelo y del resto del mobiliario; y el verde. No sólo el de las plantas, sino también el de Heineken, que patrocina el local.

Los juegos de luz han sido fundamentales a la hora de crear diferentes ambientes. La luz de la barra, por ejemplo, refuerza la gelidez de la peana blanca de la misma.

La mitad de la fachada ha sido recubierta con madera. La tipografía y los colores utilizados para el rótulo son un homenaje a los antiguos comercios del barrio.

Para más información visiten: Lab Matic
Vía: diarioDESIGN















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