miércoles, 18 de mayo de 2011

El restaurante Tragaluz renace en Barcelona por Rosa María Esteva y Tomás Tarruella

El Tragaluz ha vuelto. Tal como hace poco hiciera su hermano El Mordisco, otro de los emblemáticos restaurantes de la Barcelona de los ’90. Ahora le ha tocado la renovación al establecimiento que da nombre al exitoso grupo de restauración dirigido por Rosa María Esteva y Tomás Tarruella. Ellos mismos en persona han supervisado todo el proyecto de rehabilitación del nuevo Tragaluz para conseguir que el icónico restaurante siga sorprendiendo, 22 años después.



Redecorado por Sandra Tarruella Interioristas sobre un diseño interior original de Pepe Cortés, se ha querido mantener y respetar el concepto del proyecto original: un edificio de l’Eixample barcelonés coronado con una cubierta de cristal corredera, origen de su nombre.

En la planta baja con acceso desde la calle, un recién estrenado restaurante japonés y una ostrería dejan ahora descubrir toda la profundidad del edificio. El espacio está distribuido por barras de distintos materiales, techos tipo tatami, paredes de tejas de madera y mobiliario variado. La barra de ostras, TragaFishhh, está a cargo de Luis de Buen, y complementa la oferta gastronómica nipona.

El principal trabajo del los interioristas ha sido dinamizar y dar un aire más fresco al restaurante, situando en la primera planta al espacio protagonista: la cocina vista con sus muebles de mármolmadera y acero, que se convierte en el acceso de paso al comedor. Como explican Rosa y Tomás, los propietarios, “esto era importante para nosotros porque nos gusta involucrar al cliente en la actividad de la cocina, para que pueda ver el producto y cómo trabajan los cocineros”.

En el espacio principal, cubierto por el tragaluz de cristal, conviven algunas piezas del mobiliario original con nuevas sillas de cuero y nogal.

La planta segunda se ha trasformado, aprovechando la chimenea existente, en un espacio relajado para disfrutar tranquilamente de una copa. Un banco corrido de terciopelo y algunas butacas de cuero junto a mesas bajitas de nogal amueblan el espacio.

Y en la pared de la escalera están colgados todos los bocetos realizados por Mariscal para el diseño de la nueva imagen gráfica.

Un ascensor, incluido en esta reforma, permite ahora facilitar el acceso a las tres plantas.

Vía: diarioDESIGN







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