viernes, 8 de abril de 2011

Oficina BPGM Abogados de FGMF Arquitectos

Con una llamada a licitación de un proyecto en dos niveles para la firma de abogados BPGM, partieron con una clara división: un piso grande de operaciones y el otro, un poco más pequeño, para salas de reuniones y área administrativa.


Una vez definida esta división entre el nivel funcional y el social, surgió la necesidad de mostrar con la arquitectura, la visión de BPGM a los clientes y abogados.



Frente a esta situación, se decide organizar la oficina de manera radical: cada sala de reunión estaría en el perímetro, con vistas hacia el exterior e iluminación natural; y, en el centro, el punto focal de los visitantes, se ubicaría una gran biblioteca que organiza los flujos hacia las diferentes salas.


La iluminación natural de la biblioteca y los pasillos está garantizada por los paneles de vidrio continuo en cada división de las salas perimetrales.


Sin embargo, la biblioteca había ganado una gran importancia simbólica al convertirse en el elemento de organización de la planta y los flujos.Por esto, existía la necesidad de que ésta no solo fuera un espacio para almacenar libros, sino también el elemento que representara la ideología de la oficina. Su responsabilidad estaría entre dos aristas: una biblioteca bien organizada, pero a la vez un elemento interesante y diferente, sobrio para no comprometer la seriedad y credibilidad de la oficina, pero innovador y contemporáneo, tal como la esencia de BPGM. Había entonces una especie de conflicto entre la tradición y la innovación.


Como respuesta surgió una idea: la biblioteca sería una especie de pequeño laberinto, con ángulos inusuales y pasillos abiertos y cerrados. Además, algunos espacios con ventanas podrían mirar hacia adentro, y otros estarían completamente cerrados.


También se decidió que la biblioteca nunca tocara el suelo. Se convirtió en un elemento flotante, suspendido misteriosamente 40 cm. sobre la losa.


El trabajo del abogado es, esencialmente, cerebral. Se perfila entre acuerdos y discusiones, pero es una labor de servicios, basada en las personas y el conocimiento. La biblioteca en el centro de la oficina es nada más que una representación del conocimiento colectivo puestos a disposición de los clientes.


Este conocimiento abstracto se materializa en una forma etérea y flotante, que no toca el suelo ni el cielo; un pequeño laberinto que contiene el conocimiento de la oficina y, aunque es contemporánea, expresa toda su tradición.


Vía: Plataforma Arquitectura





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