

Todo cambia cuando los jardines se abren, dejando al descubierto una cocina amplia, construida con una estructura de aluminio y paneles de resina acrílica de minerales naturales, altamente resistentes por sus cualidades mecánicas, muy higiénicos, que no tienen poros, son reparables, inertes y no tóxicos. La cocina se distribuye en cajones de extracción total equipados con sistemas de plateros, caceroleros y botelleros, todos ellos en tablero de nogal.
En su equipamiento también figura una despensa ventilada para aumentar la conservación de los alimentos, que realiza las funciones de un hórreo. Este mueble recoje el aire por la parte inferior, canalizándolo a través de la trasera hacia el techo. De esta manera, se genera una corriente ascendente de aire que, a la vez, produce un efecto de absorción a través de la puerta del mueble. Para cerrar el mueble, se propone una persiana de tele enrollable que deja pasar el aire al interior y, al mismo tiempo, lo filtra a través de un material bactericida. El mueble se completa con unos filtros de carbón activo para evitar olores y un pequeño motor de aspiración que refuerza la circulación del aire.
Aunque para realizar el prototipo del D10 se eligió como material el Corian, está previsto que se fabrique en madera y acabado lacado, y a medida.
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