Esta antigua masía catalana, situada en el casco antiguo de Girona contiene en su interior un tesoro para los habitantes de la ciudad, un jardín con plantas y árboles entre los cuales se encuentran varias especies protegidas.
El concepto del interiorismo parte de la idea de enfatizar ese fenómeno y hacer entrar la naturaleza en el restaurante. Toda la intervención se realiza sobre lo existente, aprovechando y reinventando lo que hay.
La distribución del espacio consiste en una sucesión de espacios, conectados entre si ofreciendo al visitante un paseo a través de las estancias, en cada una de las cuales aparecen nuevos hallazgos, como si caminara en un jardín.
El primer espacio que uno encuentra ya nos transporta a los orígenes de la finca ya que entramos a través de las cuadras. Aquí todavía se encuentran los bebedero de los animales, convertidos en jardineras y los separadores de madera.
El primer espacio que uno encuentra ya nos transporta a los orígenes de la finca ya que entramos a través de las cuadras. Aquí todavía se encuentran los bebedero de los animales, convertidos en jardineras y los separadores de madera.
El siguiente espacio es un patio interior protagonizado por unas luminarias colgantes de mimbre que remarcan la entrada al restaurante y aportan un aire onírico y a la vez tradicional.
Una vez entramos en el interior del restaurante, el hall quiere transmitir el confort de una casa, con sofás, una chimenea, alfombras y a su vez, ya nos anuncia la incursión de la naturaleza mediante unos paneles de rafia situados en el techo.
A través de este salón se accede a la sala situada en la fachada posterior que también es una extensión de la idea de casa particular mediante el uso de mesas redondas.
Una vez entramos en el interior del restaurante, el hall quiere transmitir el confort de una casa, con sofás, una chimenea, alfombras y a su vez, ya nos anuncia la incursión de la naturaleza mediante unos paneles de rafia situados en el techo.
A través de este salón se accede a la sala situada en la fachada posterior que también es una extensión de la idea de casa particular mediante el uso de mesas redondas.
El resto de los espacios son una simbiosis entre exterior y interior, combinando mobiliario de jardín con sillas aterciopeladas y se introducen materiales nobles, como madera de pino recuperada en las mesas y los revestimientos de madera de roble, que se combinan con otros materiales reflejantes y cromados creando así un punto ecléctico que proporciona una experiencia única.
Este nuevo concepto pretende convertir este restaurante con solera en un ambiente fresco, mediterráneo, que recuerda a esos jardines bucólicos afrancesados o a esas noches de verano en el jardín.
Para más información visiten: PPT Interiorismo, Meat Garden
Vía: Infurma
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