Y es que Milán nos atrae en esta época del año como moscas a la miel. Por su Salone del Mobile. Por el diseño que respiran sus calles. Y, por supuesto, por su deliciosa comida.
El enfoque del diseño arquitectónico realizado por Rizoma para el segundo restaurante Berberè en la ciudad lombarda fue “traer la historia del lugar y mezclarla con el estilo de marca típico y reconocible”. Que se puede comprobar en el primer local, situado en Isola.
El enfoque del diseño arquitectónico realizado por Rizoma para el segundo restaurante Berberè en la ciudad lombarda fue “traer la historia del lugar y mezclarla con el estilo de marca típico y reconocible”. Que se puede comprobar en el primer local, situado en Isola.
El nuevo restaurante en Milán se sitúa en el distrito de Navigli. El barrio de los canales es uno de los más emblemáticos de la ciudad.
Comer y ser visto
Fundamentalmente, la cocina y el gran horno de pizza, parte fundamental de todo restaurante en Milán que se precie. Se han situado en primer plano, ya que son el centro de la escena. Catalizan así la atención, dentro y fuera del local.
El trabajo de personalización por parte de Rizoma, por ello, no altera la atmósfera intrínseca del lugar. Los ladrillos originales han sido solapados -que no cubiertos- por una banda amarilla. Que marca la altura de la barra y marca continuidad en todo el ambiente.
El visitante de Berberè percibe una dimensión pasada, saludable y genuina a través del uso de materiales tradicionales. La barra es de madera oscura con sobre de mármol blanco. Mientras que las bóvedas de ladrillo combinan a la perfección con baldosas de cemento.
Comer y ser visto
Milán es una ciudad que se gusta, en todos los sentidos. Moda, diseño, shopping, lujo, gastronomía. Ofrece todo, y muestra todo. Por eso el nuevo Berberè destaca por sus grandes ventanales, que muestran lo que hay dentro.
Fundamentalmente, la cocina y el gran horno de pizza, parte fundamental de todo restaurante en Milán que se precie. Se han situado en primer plano, ya que son el centro de la escena. Catalizan así la atención, dentro y fuera del local.
La restauración del espacio hizo que salieran a la luz las paredes de ladrillo. Muestran los signos de eventos pasados. Y se han convertido en clave del nuevo diseño.
El trabajo de personalización por parte de Rizoma, por ello, no altera la atmósfera intrínseca del lugar. Los ladrillos originales han sido solapados -que no cubiertos- por una banda amarilla. Que marca la altura de la barra y marca continuidad en todo el ambiente.
El visitante de Berberè percibe una dimensión pasada, saludable y genuina a través del uso de materiales tradicionales. La barra es de madera oscura con sobre de mármol blanco. Mientras que las bóvedas de ladrillo combinan a la perfección con baldosas de cemento.
Todo ello alterna con una marcada identidad de marca. El diseño gráfico, las comunicaciones internas y el branding han sido creados por la agencia de marketing y comunicación con sede en Bolonia Comunicattive.
Acompañado de una enorme pintura mural que es la verdadera estrella instagramera del local, firmada por Percy Bertolini.
Fotografía: Bruno Gallizzi.
Para más información visiten: Rizoma
Vía: Diariodesign
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