viernes, 2 de noviembre de 2018

Puertas correderas: ventajas y desventajas

Las puertas correderas o puertas corredizas son una opción muy interesante para el interior de las viviendas. Se trata de una alternativa con muchas ventajas, por ejemplo, en cuanto al ahorro de espacio, algo muy importante sobre todo en casas pequeñas.
Elegir entre una puerta abatible y una puerta corredera, tanto en puertas de paso como en armarios, puede ser una decisión clave a la hora de redecorar una vivienda. en el artículo de hoy le hablaremos un poco sobre las ventajas y desventajas de las puertas correderas, con el objetivo de que pueda valorarlas.
Ventajas de las puertas correderas
Una de las principales ventajas de las puertas corredizas es que optimizan el espacio de cualquier estancia. Las puertas correderas nos permiten aprovechar los espacios más pequeños, pues evitan el juego normal de las puertas abatibles.
Una puerta corredera puede, además, hacerse de diferentes materiales. Entre todas las opciones nos encantan las puertas correderas de cristal. ¿Por qué? Pues porque permiten que la luz entre mucho mejor en las estancias, lo que hará que se vean mucho más grandes. Además son muchos los casos donde no hay ventanas, o son muy pequeñas, entonces contar con una puerta corrediza de cristal puede ser la solución para que la dependencia en cuestión tenga suficiente luz
Además, este tipo de puertas puede unificar dos espacios, pero manteniendo la separación en un momento determinado. Consiguen, por tanto, fusionar espacios y dar más amplitud a varias estancias contiguas. Al abrir la puerta, el primer espacio se sumará al segundo.

Desventajas de las puertas correderas

También es justo hablar de las desventajas de las puertas corredizas. Por ejemplo, debemos decir que no son acústicamente estancas. Las puertas correderas no aíslan lo suficiente, por lo que en lugares en los que el silencio es esencial, como un dormitorio, pueden ser contraproducentes. En tal caso convendría acudir a las clásicas puertas abatibles.

Aunque ahorren espacio, podemos decir que no son tan ergonómicas como las abatibles. En una cocina, por ejemplo, en la que salimos constantemente con platos, podría ser un poco incómodo si está cerrada y tenemos que abrirla.

En el caso de las puertas correderas empotradas, la pared en la que se empotra la hoja quedará inutilizada. Esta pared no puede albergar instalaciones (como por ejemplo de electricidad, agua o gas). En espacios como un salón o un baño muy pequeño puede ser un problema. Asimismo, hay que decir que las puertas correderas son más caras que las abatibles.

Instalación de una puerta corredera

Están claras las ventajas y desventajas de las puertas correderas. No obstante, antes de instalar una, quizá tengamos que preguntarnos si realmente la necesitamos. Sobre todo, hay que pensar en el futuro. Piensa si vive solo, si pasa poco tiempo en casa y si cocina mucho o no. Piense si su situación actual, y en un mediano plazo, le parece buena idea dejarlo todo abierto. Su estilo de vida puede decirle mucho al respecto.

Aspectos a tener en cuenta a la hora de colocarlas

Si ya ha decidido que quiere instalar una puerta corredera, debería pensar en aspectos como el sistema de guías, que condicionan la estética de la estancia en la que se coloque. Es la única manera de poner una puerta corredera sin necesidad de hacer hueco en la pared. Es decir, para ser más claros, si nuestra intención es colocar una puerta corredera sin obras, no quedará más opción que un sistema de guías.

Por otro lado, si lo que quiere es que las puertas no se vean, debe optar por puertas correderas empotradas de doble hoja. Es una opción más cara y, probablemente haya que hacer obra, pero al abrirla, no se verá la puerta.

Para terminar, tendría que pensar en los materiales. Son muchos y variados. Hay puertas correderas de madera, de cristal, metálicas, etc… También hay otro tipo materiales menos convencionales, desde tableros de OSB hasta papel.








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