La climatización por techo radiante, es un sistema para calentar o enfriar casas, locales, etc. a base de agua caliente o fría, que se calienta en una caldera, colectores etc.
La diferencia es que en vez de emplear radiadores, splits, etc. lo hace mediante unas placas especiales que se colocan en el techo y están equipadas con circuitos para agua y difusores en su interior.
Es un sistema de climatización muy parecido al suelo radiante, solo que se pone en el techo.
El techo radiante presenta importantes ventajas sobre el suelo radiante:
Mayor rendimiento.
Menor inercia térmica (mayor velocidad de respuesta)
Más adaptable a las necesidades de climatización de cada parte de la vivienda.
Mayor facilidad de mantenimiento.
Menor inercia térmica (mayor velocidad de respuesta)
Más adaptable a las necesidades de climatización de cada parte de la vivienda.
Mayor facilidad de mantenimiento.
Otra gran ventaja es que lo podríamos definir como climatización invisible, es decir, con el no quedan a la vista radiadores, splits, etc. que tanto estorban y afean.
Estéticamente, el aspecto de un techo radiante no se diferencia en nada de otro que no lo es ni porque sea techo radiante tiene apenas restricciones a la hora de instalar luces, altavoces, etc. en el mismo.
Cómo funciona la calefacción por techo radiante
Para calentar por techo radiante se emplea agua caliente a menos de la mitad de temperatura que en una calefacción convencional, lo que permite conseguirla no solo de una caldera sino en algunos casos, directamente de placas solares.
Esta agua caliente, pasa por el circuito de tubos y difusores térmicos situado en el falso techo y este proyecta esa energía, en forma de infrarrojos.
El funcionamiento de la calefacción por techo radiante es tan simple como eficaz: el techo radiante se calienta mediante agua caliente e irradia la energía que al entrar en contacto con el cuerpo humano o con los objetos se convierte en calor, muy agradable, similar al del sol.
Sensación Térmica.
En una estancia calentada con techo radiante, la sensación térmica que perciben las personas es superior a la temperatura del aire (lo mismo que nos ocurre cuando nos dá el sol)
Es decir: se logra el mismo confort con menos temperatura.
Al estar el techo radiante uniformemente distribuido en toda la estancia, se logra una distribución del calor más uniforme que con la calefacción por radiadores.
Cómo funciona la refrigeración por techo radiante
En este caso hacemos circular por los mismos tubos del techo radiante agua fría, igual que en el caso anterior a mitad de temperatura que con los sistemas convencionales, lo que facilita y abarata su obtención.
Esta agua enfría el techo que irradia su frescor. El aire caliente de la habitación, asciende de manera natural y al contacto con el techo se enfría.
Una vez el frío baja al suelo fresco y comienza un nuevo ciclo de aire frío – aire caliente que contribuye a la refrigeración.
Sensación Térmica.
El ambiente en una estancia refrigerada por irradiación es muy similar al fresco natural de una bodega en verano y la sensación térmica que perciben las personas es inferior a la temperatura del aire.
Igual que en el caso anterior la distribución de la temperatura es mucho más uniforme y se evitan las molestas e insanas corrientes de aire helado.
Aunque sin ninguna duda la principal ventaja de la climatización por techo radiante es el gran confort que aporta esto es algo difícil de entender sin sentirlo, por lo que nos centraremos en las ventajas más visibles.
Economía: es uno de los sistemas de climatización más eficientes con un ahorro promedio del 40% sobre los sistemas por convección habituales.
No ocupa espacio ni genera los molestos salientes en las paredes (radiadores, splits) de otros sistemas de calefacción y refrigeración.
Distribuye mucho mejor el calor y el frío, de manera homogénea. No reseca el ambiente ni genera corrientes de aire que mueven el polvo, lo que beneficia a las personas con alergias.
No necesita mantenimiento y es más fácil de reparar que por ejemplo un sistema de suelo radiante.
Otra ventaja es que resulta relativamente sencillo instalarla en reformas, lo cual es muy complicado en el caso del suelo radiante.
El techo radiante tiene mejor conductividad que el suelo radiante, es decir rinde más, tiene un tiempo de respuesta menor (calienta y enfría antes) y no limita a la hora de escoger parquet, tarima o moqueta para el suelo.
Proporciona un buen acabado y gracias a la composición de las placas, mejora el aislamiento térmico.
Mejora el sonido ambiente. Las micro perforaciones de las placas amortiguan los ruidos y mejoran la acústica.
Su único inconveniente es el coste de instalación, algo más elevado que otros sistemas, pero que se amortiza gracias al importante ahorro energético.
Vía: Tu Casita Calidade
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