Éste es el segundo apartamento renovado por el arquitecto Vladimir Radutny en el icónico Lake Shore Drive 860-880, un complejo residencial proyectado por Mies van der Rohe, en Chicago. Este complejo está formado por dos torres de vidrio y acero, construidas entre los años 1949 y 1951, que disfrutan, además de su innegable valor arquitectónico, de vistas al lago Michigan.
Después del apartamento 3E, Vladimir Radutny asumió la modernización de esta vivienda donde optó por tonos muy claros y abrir el diseño con el objetivo de maximizar el espacio y disfrutar de la visión del gran lago, tal como querían los propietarios. Para ello fue clave la eliminación de tabiques y la creación de diferentes volúmenes que ayudan a separar funcionalmente las estancias. Explica el arquitecto de origen ucraniano que “al eliminar todas las paredes e introducir un lenguaje arquitectónico de volúmenes flotantes que definen el espacio, creamos las deseadas experiencias espaciales que no existían previamente”.
Para separar el dormitorio y el baño de la zona común, se levantó una pared de vidrio translúcido de suelo a techo, que se encarga de proporcionar la privacidad necesaria. Sin embargo, su verdadera función -explica Radutny- fue crear “crear un telón de fondo de ilusión, capturar la amplitud del exterior así como los dinámicos cambios de humor del gran lago”. A su vez, la zona de dormir y el lavabo están separados por un armario que parece no tocar el suelo ni el techo, después de eliminar la pared que los separaba.
Después del apartamento 3E, Vladimir Radutny asumió la modernización de esta vivienda donde optó por tonos muy claros y abrir el diseño con el objetivo de maximizar el espacio y disfrutar de la visión del gran lago, tal como querían los propietarios. Para ello fue clave la eliminación de tabiques y la creación de diferentes volúmenes que ayudan a separar funcionalmente las estancias. Explica el arquitecto de origen ucraniano que “al eliminar todas las paredes e introducir un lenguaje arquitectónico de volúmenes flotantes que definen el espacio, creamos las deseadas experiencias espaciales que no existían previamente”.
Para separar el dormitorio y el baño de la zona común, se levantó una pared de vidrio translúcido de suelo a techo, que se encarga de proporcionar la privacidad necesaria. Sin embargo, su verdadera función -explica Radutny- fue crear “crear un telón de fondo de ilusión, capturar la amplitud del exterior así como los dinámicos cambios de humor del gran lago”. A su vez, la zona de dormir y el lavabo están separados por un armario que parece no tocar el suelo ni el techo, después de eliminar la pared que los separaba.
Concluye el arquitecto que “mientras se hace énfasis en la expresión refinada de la tradición minimalista del edificio, se crea un espacio de vida tranquilo para la contemplación.”
Para más información visiten: Vladimir Radutny Architects
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