El orden dórico es el más arcaico y simple de los órdenes arquitectónicos clásicos. Proviene del pueblo dorio. Es el orden griego por excelencia. Cuanto más antiguo, más sencillo, dando sensación de robustez (protodórico), cuanto más tardío, más esbelto y proporcionado es; logrando así la armonía y belleza clásica. Se empleó en la Grecia continental desde el siglo VII a. C. y en el sur de Italia. El Partenón, templo dedicado a Atenea Parthenos en la Acrópolis de Atenas, es sin duda el máximo exponente de este estilo arquitectónico. Simboliza fuerza, heroicidad; utilizado sobre todo con este simbolismo en el Renacimiento.
Se caracteriza por las siguientes peculiaridades:
Se conserva bien ya que es muy resistente a la lluvia.
No utiliza basa; el fuste de la columna descansa directamente sobre el estilóbato, que es el escalón superior del estereóbato, una plataforma con escalones cuyo borde escalonado se conoce como crepidoma.
El fuste es de sección circular, corto y poco esbelto. El tamaño total de la columna nunca sobrepasa los dieciséis módulos, siendo normalmente el del fuste de entre ocho y trece módulos. Está acanalado por 20 estrías cuya yuxtaposición forma aristas vivas. Su diámetro no es constante, sino que va disminuyendo con la altura más acusádamente cuanto más arriba, éntasis, que produce la sensación de un ligero abombamiento en la parte central.
Las dimensiones de las columnas se refieren al módulo, que es la medida del radio en la base de la columna (donde es mayor).
El capitel está integrado por tres piezas:
El ábaco es una pieza prismática similar a un tablero de planta cuadrada que soporta directamente la estructura horizontal del edificio.
El equino, cuya geometría es la de una figura convexa de revolución, se expande hacia la parte superior con un sentido de transición entre las dimensiones del extremo del fuste y las del ábaco de mayor tamaño.
El collarino: es una prolongación del fuste, separado por una fina acanaladura.
En el orden dórico griego hay una entalladura, de sección triangular, bajo el equino, ya en el fuste. Es el collarino. En el orden dórico romano el collarino es un tambor cilíndrico interpuesto entre el equino y el fuste, a modo de prolongación de éste y separado de él por una moldura horizontal.
El entablamento está compuesto por:
El arquitrabe, una especie de viga gruesa y lisa que recorre toda la alineación de columnas
El friso está decorado por una alternancia de triglifos y metopas. Los triglifos pueden ser una reminiscencia de las cabezas de las vigas de madera de similar escuadría que, cargando sobre el arquitrabe (en su origen también de madera) formarían el entramado estructural de cubrición. Su apariencia es estriada en vertical. Las metopas exhiben bajorrelieves de variados temas ornamentales.
La cornisa remata el orden formando un saledizo que generalmente cuenta con una moldura de tipo cimacio.
Se conserva bien ya que es muy resistente a la lluvia.
No utiliza basa; el fuste de la columna descansa directamente sobre el estilóbato, que es el escalón superior del estereóbato, una plataforma con escalones cuyo borde escalonado se conoce como crepidoma.
El fuste es de sección circular, corto y poco esbelto. El tamaño total de la columna nunca sobrepasa los dieciséis módulos, siendo normalmente el del fuste de entre ocho y trece módulos. Está acanalado por 20 estrías cuya yuxtaposición forma aristas vivas. Su diámetro no es constante, sino que va disminuyendo con la altura más acusádamente cuanto más arriba, éntasis, que produce la sensación de un ligero abombamiento en la parte central.
Las dimensiones de las columnas se refieren al módulo, que es la medida del radio en la base de la columna (donde es mayor).
El capitel está integrado por tres piezas:
El ábaco es una pieza prismática similar a un tablero de planta cuadrada que soporta directamente la estructura horizontal del edificio.
El equino, cuya geometría es la de una figura convexa de revolución, se expande hacia la parte superior con un sentido de transición entre las dimensiones del extremo del fuste y las del ábaco de mayor tamaño.
El collarino: es una prolongación del fuste, separado por una fina acanaladura.
En el orden dórico griego hay una entalladura, de sección triangular, bajo el equino, ya en el fuste. Es el collarino. En el orden dórico romano el collarino es un tambor cilíndrico interpuesto entre el equino y el fuste, a modo de prolongación de éste y separado de él por una moldura horizontal.
El entablamento está compuesto por:
El arquitrabe, una especie de viga gruesa y lisa que recorre toda la alineación de columnas
El friso está decorado por una alternancia de triglifos y metopas. Los triglifos pueden ser una reminiscencia de las cabezas de las vigas de madera de similar escuadría que, cargando sobre el arquitrabe (en su origen también de madera) formarían el entramado estructural de cubrición. Su apariencia es estriada en vertical. Las metopas exhiben bajorrelieves de variados temas ornamentales.
La cornisa remata el orden formando un saledizo que generalmente cuenta con una moldura de tipo cimacio.
Vía: Wikipedia
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