La reforma de la clínica veterinaria L’Arca, realizada por el interiorista Alfred Garcia Gotós, sirvió para romper con el estereotipo estético, que define la gran mayoría de este tipo de establecimientos, a través de unos interiores cálidos y ordenados, marcados por su carácter atemporal y su funcionalidad. Estas dos características estuvieron condicionadas, desde el inicio del proyecto, por las dimensiones reducidas del local así como por un ajustado presupuesto.
La nueva distribución de la clínica, que cuenta con 90 m2, vino dada por la geometría arquitectónica del lugar, un local que dispone de una única entrada de luz natural: la fachada acristalada que da a la calle. Asimismo debía solucionar un programa con muy diferentes funciones: recepción, tienda, distintas salas de espera, quirófano, sala de rayos X, servicio de hospitalización y consulta. La respuesta consistió en la simplicación del contenido y las formas a través de la creación de unas tramas cúbicas realizadas con estructuras metálicas de cuadradillo. Estas estructuras, a diferentes escalas, sirven para ordenar el espacio, exponer el producto a la venta y como soporte de algunas piezas del mobiliario.
Explica el interiorista que siempre buscaron “la simplificación a nivel de materiales y formas para dotar de amabilidad formal y poder generar circulaciones independientes a nivel de accesos a consulta, perros, gatos, así como a nivel de sala de espera y circulaciones entre las diferentes estancias y situaciones”.
La combinación de la madera de roble, el color blanco y el gris del pavimento continuo, sin juntas, ha servido como nexo de unión de los interiores mientras que las mallas metálicas en negro se encargan de definir espacios y mobiliario. Dos mostradores situados estratégicamente generan las circulaciones iniciales hacia las diferentes estancias. Previamente, en la zona de escaparate, el revestimiento de madera que viste techo, paredes y casi la totalidad del suelo tiñe de luz más cálida el espacio interior.
En toda la clínica se respiran unos interiores limpios gracias, en parte, a los revestimientos que permiten integrar las puertas. Además, en la parte superior superior de las paredes se han creado aberturas estratégicas para dejar pasar la máxima cantidad de luz natural y conseguir una profundidad visual sin perder la privacidad necesaria.
En resumen, un proyecto mínimo en formas y presupuesto que ha buscado la máxima riqueza en el propio espacio.
Para más información visiten: Estudi Alfred García Gotòs
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