Hoy entramos a ver un piso en Bilbao que estoy segura que les va a encantar por su distribución, por sus colores, por el buen aprovechamiento de sus espacio y porque demuestra que no se necesita una superficie enorme para tener una casa genial. La vivienda no había sido mejorada ni renovada desde su construcción en los años 50, por lo que se encontraba, hasta hace poco, en un estado de conservación bastante lamentable.
El estudio de Natalia Zubizarreta fue el encargado de la reforma integral de este piso con el objetivo de convertirlo en un hogar moderno, fresco y muy alegre. La intervención conservó las molduras y carpinterías existentes, respetando la esencia de la construcción pero modificando su antigua distribución, compartimentada y estrangulada, para lograr espacios más amplios y diáfanos. 
Como pueden ver en las imágenes, la nueva distribución une cocina, comedor y salón en una amplia estancia abierta. El predominio del blanco se puntúa con las múltiples notas de color aportadas por el mobiliario auxiliar y los elementos decorativos, generando en conjunto un ambiente luminoso y mu agradable.
El comedor, integrado en la cocina, se compone de una mesa lacada en blanco de Ikea, combinada con sillas de anticuario retapizadas y pintadas en amarillo. La composición se cierra con una lámpara de techo de Maisons du Monde, también en color amarillo. El protagonismo del salón recae en un gran sofá esquinero de Fama, ideal para disfrutar de familiares sesiones de cine en casa.
La clave de la marcada personalidad de la zona de estar reside en la combinación de tonos grises, presentes en el sofá y la alfombra, el blanco de estanterías, mueble de televisión y mesa de centro, todos ellos de Ikea, y los llamativos acabados verdes y amarillos de los cojines, las cortinas estampadas, las mantas y la escalera decorativa de Zara Home.
Pero hay dos originales elementos diseñados por Natalia Zubizarreta que llaman especialmente la atención: la lámpara de techo, que combina diferentes pantallas de ratán de colores, y la lámpara situada sobre una mesilla de mimbre, fabricada con una antigua damajuana y una pantalla de algodón blanco. Además, desde el salón se accede a un pequeño balcón con suelo de baldosa hidráulica.
Por su parte, la cocina es cómoda, funcional y ajustada al presupuesto de la reforma. Como estancia se abre directamente a la sala de estar, resultaba fundamental que el mobiliario se adaptase al nuevo interiorismo planteado por el estudio de Natalia Zubizarreta. Para conseguirlo, Chiqui Sarón optó por el modelo ARIANE 2 Blanco seff de Santos, un diseño moderno y minimalista que, con su sencillez de líneas, se integra discreta y naturalmente en la arquitectura de la vivienda.
El predominio del blanco, presente en frentes, paredes, techos, molduras y puertas, contribuye a potenciar la luminosidad de la cocina. Por su parte, los tonos más oscuros de las vigas vistas y la encimera, junto con el acabado Roble barrica horizontal de los muebles altos, aportan equilibrio al conjunto, mientras las notas coloristas del mobiliario auxiliar y los detalles decorativos le confieren un carácter alegre y desenfadado. Finalmente, el pavimento laminado de madera de Maia-Otto refuerza la sensación de calidez y continuidad entre los distintos ambientes.
Chiqui Sarón organiza en la cocina el mobiliario en L, con dos lineales de módulos bajos que acogen las zonas de cocción, preparación y fregado. El amueblamiento se completa con cuatro armarios altos y dos composiciones de columnas que, situadas en ambos extremos de la cocina, integran varios electrodomésticos y soluciones de almacenaje en un espacio compacto y organizado.
La mesa de comedor se ubica en una posición central, de forma que resulta accesible desde cualquier área, facilitando la tarea de servir o retirar los cubiertos. Esta distribución logra extraer el máximo partido a los 11 metros cuadrados de la estancia, respetando una amplia zona despejada que favorece la libertad de movimientos y permite que varias personas compartan tareas sin molestarse.
La zona de fregado, ubicada frente a un ventanal para aprovechar la entrada de luz natural, se compone de un lavavajillas integrado, un módulo de servicio y un mueble portafregadero con cubos para reciclaje de residuos.Sobre la zona de preparación y cocción se ubican cuatro armarios altos con modulación a techo que, además de proporcionar capacidad de almacenaje, integran una caldera y el grupo filtrante. 
Pasando a la zona más privada de la vivienda, los tres dormitorios disponen de armarios empotrados fabricados a medida por Chiqui Sarón, y comparten una línea decorativa ligera y desenfadada, definida por muebles, complementos y detalles originales y coloristas.
En el dormitorio principal destacan la lámpara de techo en color malva de Maisons du Monde, la lámpara de sobremesa con pantalla de lino beige de Zara Home, la mesilla azul de Ikea y la cómoda de esta misma marca, que incluye tiradores personalizados para hacer juego con la ropa de cama.
Por su parte, los dormitorios de los niños se equipan con zonas de estudio, recurriendo principalmente a mesillas, cajoneras rodantes, escritorios, caballetes, estanterías, sillas y lámparas de Ikea, como pueden ver en las fotos. 
Además, tras la reforma, la vivienda pasó de disponer de un único cuarto de baño a dos completamente equipados: uno destinado a niños e invitados y otro integrado en el dormitorio principal. Este último, muy luminoso gracias a sus dos ventanales, cuenta con paredes recubiertas con baldosa porcelánica de Marazzi, un amplio plato de ducha extraplano de Fiora con mampara de Profiltek, y un inodoro modelo Gap de Roca.
Su elemento central es un mueble de madera de roble decapada con encimera Zenon Solid Surface blanca, sobre la que se instala un lavabo Inspira Round de Roca con grifería empotrada de Clever. La escalera de Zara Home aporta un toque decorativo y funcional, actuando como un práctico toallero.
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