El restaurante consta de varios espacios. Una espectacular terraza sobre la calle, una zona japonesa y dos salones interiores dentro del palacio que se adecuaron para tal fin: la sala de las 4 estaciones y la biblioteca. Toda la decoración siempre ha respetado la arquitectura de cada espacio.
Les Quatre Estacions es una una sala repleta de arte y cultura. Cuatro esculturas situadas en las esquinas que representan las distintas estaciones del año dan la bienvenida al comensal. Cada rincón, cada metro cuadrado tiene un pasado y una historia, que se remontan a la época en la que el edificio fue construido.
Lugar de reunión y reflexión de antaño, la Biblioteca desprende sabor a tradición y modernidad. Sus suelos de madera, estanterías infinitas y vistas inmejorables acompañan al visitante mientras degusta clásicos renovados de la cocina catalana.
El estudio de arquitectura Alfredo Arribas, desnudó las paredes del restaurante con el fin de que apareciera el color inicial que reposaba en su más profundo interior, respetó en todo momento el espacio tal y como era.
Adecuó sillas, mesas, sofás e iluminación con tal de preservar su esencia más pura. Con el objetivo de contrastar la modernidad y el clásico estilo arquitectónico del palacio.
Adecuó sillas, mesas, sofás e iluminación con tal de preservar su esencia más pura. Con el objetivo de contrastar la modernidad y el clásico estilo arquitectónico del palacio.
La iluminación se pudo resolver gracias a un entramado de cables que sostienen las lámparas Pleat Box de Marset (diseño de Xavier Mañosa con la colaboración de Mashallah). Estas lámparas de suspensión otorgan un ambiente cálido a estos espacios con techos de 5 metros.
En definitiva un lugar maravilloso, con el sabor de antaño y una elegante puesta al día. Y en una de las zonas más vibrantes de la capital catalana. Un pequeño secreto 100% recomendable.
Para más información visiten: Restaurant El Cercle, Alfredo Arribas
Vía: diarioDESIGN
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